BCCAP000000000000102ELEC

Los Capuchinos y la esclavitud negra en los siglos XVII y XVIII 73 ellas a la conversión de los gentiles y reformación de los cristianos en qte nos he mos ejercitado, infonnándonos, ya de los mismos mercaderes, ya de los cristianos criollos de esta tierra, que son los que más entran a comprarlos y sirven de intér pretes, ya de los mismos esclavos, que con sinceridad cuentan sus cautiverios, no para defender su libertad, que no piensan ser injusta (por ser cosa tan usada la in justicia) su cautividad. Hallamos, por dichos informes y por largas experiencias, que el dicho contrato y compras de negros es ilícito, pecaminoso e injusto, según en todas las dichas partes se ejercita. Porque los más, y aun casi todos, son injusta y tiránicamente reducidos a cautiverio, como constará del informe y relación que haré adelante; y ningún examen se hace, ni se puede hacer, de la justicia de dichos cautiverios cuando los compran, aunque consta que son muy raros los que con jus to título se cautivan. Por lo cual no hallamos derecho, título ni razón alguna que pueda excusar dicho contrato de injusto y claramente ilícito, antes muchas que obliguen a prohibirlo y a restituir a su libertad a todos los esclavos que en estas par tes han sido comprados, excepto alguno (que será bien raro) de quien se pueda ad quirir moral certidumbre de que fue con justo título reducido a cautiverio. Mas porque en negocio tan grave, principalmente habiéndose permitido dicho co mercio por tantos años por reyes tan piadosos y católicos, como los de Portugal, y por tan celosos prelados, como los señores obispos de Cabo Verde, podemos y debemos piadosamente presumir que ha habido para ello algunos títulos o razo nes que nosotros no podamos alcanzar. Aunque nos parece claro ser injusto dicho contrato, no queremos dar, ni que valga absolutamente nuestra sentencia, sino que la materia se proponga, y consulten los Señores del Consejo de la Mesa de Con ciencia y otros doctores, que tendrán más noticias del derecho con que dicho con trato se ha ejercitado hasta ahora, y si lea, para que en adelante se pueda lícita mente ejercitar. Para lo cual, y porque no siendo verídicos los principios y funda mentos (habiéndose de conformar con ellos la resolución) no podrá aseguramos la conciencia, aunque salga en favor de dicho contrato. Hacemos el presente in forme y relación, verídica, cuanto en conciencia y según Dios moralmente hemos podido alcanzar del hecho del dicho comercio. Firmado de nuestros nombres, y esto como cosa públicamente sabida y conocida, y de los mismos mercaderes ingenuamente confesada, máxime antes que lo co menzásemos a impugnar, que ahora ya procuran paliarlo y ocultámoslo cuanto pueden, si bien no pueden hallar ropa bastante para cubrir cosa tan descubierta, ni verdades de tanto tomo. Y aunque todos lo conocen así, no sabemos, aunque lo solicitamos, si habrá algunos que desnudándose del humano interés (a fin de ase gurar sus conciencias) querrán firmar este papel para que la confesión de los mis mos interesados le de más fuerza y autoridad. Pero sino lo hicieren los interesa dos en el comercio, diremos nosotros llana y desinteresadamente la verdad27. 27 Ibidem, 121-122.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz