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244 Miguel Anxo Pena González bio de circunstancias e intereses, a partir de las primeras décadas del siglo xvr, la Facul– tad de Teología había llegado a consolidar su importancia en la vida del Estudio\ propo– niéndose como modelo de todas las épocas y siendo paradigma del saber teológico, pri– mero en los reinos peninsulares y muy pronto en todo el orbe católico. Con todo, las características singulares que identificaron a aquel momento representativo, que podría– mos caracterizar por un peculiar humanismo cristiano, expresado fundamentalmente en una manera propia y nueva de abordar y analizar los temas que preocupaban a los hom– bres de aquel contexto y momento histórico, durará de manera genérica hasta el año 1580. Es decir, hasta unas décadas posteriores a la clausura y comienzo de aplicación del con– cilio de Trento, que era una de las muestras más singulares de la Reforma Católica. La Academia salmantina se había caracterizado, a lo largo de aquellas décadas, por ser un lugar particularmente ortodoxo, donde la atención cuidada había logrado que todo aquello que pudiera ser sospechoso ele herejía quedase al margen de la vida de la institu– ción. Algo que ayudaría a explicar porqué un número nada desdeñable de figuras signifi– cativas de aquel momento habían depositado su confianza en aquel Estudio, ayudando ellos mismos a su florecimiento, tanto intelectual como políticamente. Por ello, una ele las primeras cuestiones que nos ofrece la formación ele Juan de Ribera en Salamanca, es el que esta Universidad será uno de los referentes para él, durante toda su vida; como lugar ele control frente a las ideas heréticas y la heterodoxia presente en otros estudios, como podía ser el caso ele Padua, donde pretendía enviarlo su padre a estudiar Teología. Con el fin ele poder referir los hechos, parece necesario dividir su estancia en Sala– manca a partir ele aquello que la configura de manera fundamental: los estudios, ya sean los ele Cánones, como luego los ele Artes y Teología. Se trata de un total de unos catorce años de cursus honorum académico en los que muchos momentos siguen permaneciendo bastante oscuros. Por lo mismo, haremos el recorrido en razón del orden cronológico. Los ESTUDIOS DE CÁNONES Al final del verano de 1544, cuando Ribera contaba unos 12 años, llega a Salamanca para estudiar cánones. El detalle, con la variación máxima ele un año, viene propuesto por todos sus hagiógrafos, con el constante recurso de los mismos a su Testamento. Así lo ha– ce ya el primero de ellos, el jesuita Francisco Escrivá que, recogiendo las tres mercedes que Ribera señalaba que le habían sido hechas, recuerda que el ir a estudiar a Salamanca había sido una preocupación explícita ele su padre: "Queriéndome embiar mi padre a Sa– lamanca año de 1544 y buscando alguna persona de conocida virtud y ejemplo, para que fuese mi ayo, siendo yo entonces de diez años y medio ... " 4 . El hagiógrafo completa, más adelante, los datos señalando el concepto general que se tenía de aquella Academia: Siendo de edad de poco más que diez años le embió su padre a la insigne Universidad de Sala– manca: la qua! aunque siempre ha florecido y florece en todas las universidades del mundo, nun– ca estuvo tan florida como en aquella sazón: assí en la cantidad y calidad ele estudiantes, como en la excelencia ele los maestros, tan eminentes en todas las facultacles ... 5 . 3 Acerca ele la misma, cfr. M.A. Pena González, La Escuela de Salamanca. De la Monarquía hispánica al Or– be católico, Maclricl, 2009; Idem, Aproximación bibliográfica a la(s) Escuela(s) de Salamanca, Salamanca, 2008. 4 F. Escrivá, Vida del ilustríssimo y excellentíssimo seíior don luan de Ribera, patriarca de Antioclzia y ar– zobispo de Valencia, Valencia, 1612, pp. 9-10. Véase la reciente edición facsimilar de esta obra preparada por los profesores Emilio Callado y Miguel Navmrn. 5 !bid., p. 13.

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