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260 Miguel Anxo Pena González Los ÚLTIMOS AÑOS EN SALAMANCA Ya Florencio Marcos intentó ofrecer luz sobre si Juan de Ribera enseña en el Estudio en esos años, los fondos de archivo no ofrecen ninguna luz y, parece bastante difícil que así fuera, puesto que las cátedras que quedan vacantes en esos años son las más impor– tantes en la Facultad de Teología. Es el caso de la de Prima de Teología, de quien seguía siendo titular Domingo de Soto y que será ahora proveída en fray Pedro de Sotomayor 81 • Ese mismo año quedaba vacante la cátedra de Escoto, que había regentado Cristóbal Vela 82 • En diciembre de 1561 sucede lo mismo con la de Vísperas, que gana el también dominico fray Juan de la Peña, así como la de santo Tomás que obtiene, el agustino fray Luis de León 83 . No era fácil, que él compitiera a esas cátedras, pues al fin y al cabo no formaba parte, de manera estricta, de ninguno de los dos grupos de presión más signifi– cativos de ese momento: dominicos y agustinos. Por lo mismo, una de las posibilidades es que estuviera esperando a un momento más oportuno, con una cátedra de regencia, que le permitiera ir introduciéndose en el Estudio y, al mismo tiempo, poder competir con fi– guras menos significativas en la vida de la Academia. Podría haberlo intentado en otras cátedras de Artes, pero de esos años sólo se conser– va el expediente de la cátedra de Filosofía moral, que obtendrá el doctor Bartolomé de Molino, en junio de 1561 84 . Con todo, el mismo Patriarca, en su Testamento nos ofrece un dato que creemos que ha de ser tenido en cuenta. El texto lo reproducía ya Florencio Marcos, tomándolo de la hagiografía de Jiménez: Digo que si por ventura (lo que no se, ni creo), yo huviessa dicho en las lecciones de Theología que leí en la Universidad de Salamanca, o en las conclusiones que tuve o en los argumentos que formé, tanto dentro de la Universidad como fuera, o en mis escritos, o en los sermones que he pre– dicado y en qualesquiera pláticas o discursos doctrinales que yo hubiese hecho, y glossas en los libros, o generalmente én todo aquello que yo hubiere hablado y dicho, tanto de palabra, como en escrito, si se encuentra, digo aora, o en qualquiera tiempo, cosa que discrepe un punto de esta san– ta fe y obediencia, protesto que ha sido dicha contra mi intención, o por ignorancia, o por inad– vertencia, atendiendo que por la bondad y misericordia de Dios nuestro Señor, mi primera y de– liberada voluntad ha sido siempre de no discrepar un punto de la fe católica 85 • Él da por sentado que ha leído lecciones de Teología, no de Artes en la Universidad de Salamanca. Efectivamente, puede tratarse de las lecciones que estaban preceptuadas para la obtención del grado de licenciado, pero más adelante él nos ofrece un dato ·que ha pasado desapercibido: el hecho de que también ha enseñado fuera de la Universidad. La expresión ha de ser interpretada, puesto que enseñar fuera de la Universidad era también hacerlo en uno de los conventos incorporados o, incluso, hacerlo por cuenta propia y le– yendo de extraordinario, para ser conocidos por los estudiantes y que así luego pudieran 81 Se trata de un expediente breve, donde se pone de manifiesto que no hay mucha competencia, pues a la cátedra más importante no podía concursar cualquiera. Cfr. AHUSA, Expedie11tes de oposición a cátedras, 1550-1560, vol. 960, ff. 495r-503r. 82 En la formación de san Juan de Ribera no hay ningún indicio que le vincule con el Doctor sutil y, ade- más tampoco aparece entre los opositores a la misma. Cfr. !bid., ff. 347r-358r. 83 Cfr. AHUSA, Expedientes de oposición a cátedras, 1561-1563, vol. 961, ff. 23lr. ,_, Cfr. !bid.. ff. 70r-s. 115 J. de Ribera, Testamento, op. cit., pp. 451-452.
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