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258 Miguel Anxo Pena González mismo tiempo tenemos que afirmar que éstos, los que conservamos, responden en gran medida a lo dictado en clase por sus maestros, puesto que aunque la práctica del dictado seguía estando prohibida, los datos que llegan hasta nosotros manifiestan, sin ninguna du– da, que esa era la praxis habitual. El tema es puesto de relieve en el Claustro pleno del 24 ele septiembre de 1557, donde el vicerrector Sancho Sánchez de Muñoz, describe la situa– ción en los siguiente términos: "que en todas las facultade [sic] que en esta Universidad se leyan, se daban en yscritis e se leya por cartapacios y en especial en la Facultad ele The– ología e Derecho e Artes" 7 c1, por lo que se decidía que se pusiera atención a que se leye– se comentando y no clictando 71 . La práctica debió seguir siendo la misma, pues los Esta– tutos de Covarrubias, en 1561, volverán nuevamente sobre este tema 72 • En este sentido, como ya ha señalado el profesor Rodríguez-San Pedro, esto supondría que cada reforma estatuaria era una consolidación ele un proceso de fennentación previo 73 . Así, una cuestión que llama poderosamente la atención son los ocho volúmenes ele apuntes escolares de la etapa salmantina de Juan de Ribera. M. Ruiz Campos y J.J. Garri– do Zaragozá consideran que Ribera comenzó sus estudios de Teología en 1551 74 lo cual, como hemos presentado en nuestra hipótesis, no es factible, ya que no cumpliría los cua– tro cursos preceptivos para acceder al bachilleramiento 75 • El detalle es importante, no sólo por lo que supone de remover las fechas hasta ahora propuestas, sino también por mostrar que no contaríamos con sus apuntes del primer año de estudio teológico, como ellos con– sideran, a no ser que lo que ellos consideran del curso 1551-1552, pudiera corTesponcler también al 1550-1551. La razón pudiera encontrarse en aquello que el Patriarca había cur– sado en aquel primer año. A cualquier estudioso del siglo XVI salmantino le sale de ojo la ausencia ele otros apuntes de diversas lecciones que un estudiante habría realizado en sus años ele formación. El caso más significativo sería el de los cursos ele Escritura, uno para el Antiguo y otro para el Nuevo Testamento. Qué sucedió, por tanto, con los apuntes de esas otras lecciones cursadas en sus años salmantinos. ¿Pudiera ser que Juan ele Ribera to– ma apuntes sólo ele aquellos cursos que eran requisito para las probanzas, entendiéndose incluso que pudieran faltar algunos? No es fácil determinarlo, pero el asunto ofrece la mis– ma sorpresa que la pérdida ele su correspondencia epistolar. Pero, como ha puesto ele ma– nifiesto Navarro Sorní7 6 , su afición a la Escritura queda atestiguada por su declaración en el proceso ele Carranza 77 , así como por los fondos contenidos en su biblioteca privada. 7 ° Cfr. AHUSA, Libro de Claustros 1558-1559, vol. 26, f. 83v. 71 Cfr. !bid., f. 85v. 72 Cfr. "Estatutos hechos por la muy insigne Universidad de Salamanca, 156 l", en E. Esperabé y Arteaga, Historia de la Universidad de Salamanca. I, Salamanca. 1914. lit. XXI, pp. 265-266. 73 "En la reforma confluyen usos, costumbres y prácticas que van a ser ratificadas y elevadas a norma. Asi– mismo, aparecen matizaciones parciales ele estatutos anteriores. Por otra parte, la corrección ele incumplimien– tos e infracciones puede dar lugar a la multiplicación ele una casuística minuciosa y enmarañada. En las refor– mas se acostumbra a incrnvorar. siquiera parcialmente, antiguos proyectos estatutarios no aprobados". L.E. Rodríguez-San Pedro, "El corpus normativo. siglos xv-xvm'', Historia de la U11i1•ersidad de Sala111a11ca. II, Sa– lamanca, 2004, p. 110. 7 · 1 Cfr. M. Ruiz Campos-J..T. Garrido Zaragozá, art. cit., p: 20. 75 Ya Manuel Cubí, refiriéndose a su cualificación profesional, había afirmado que: "Llama la atención clel bi– bliófilo, una colección de ocho volúmenes en 4º manuscritos y lujosamente encuaclrenaclos, que se conservan en el Real Colegio, entre los escritos del Beato. Contienen estos ocho volúmenes, los apuntes tomados por el joven D. Juan ele Ribera en las cátedras de la Universiclacl de Salamanca, desde 155 l a 1555". M. Cubí, op. cit., p. 35. 7 " Cfr. M. Navarro Sorní, "San Juan de Ribera y la Biblia", El tesoro de la Palabra. Las Biblias de San Juan de Ribera, Valencia, 1998, pp. 39-91. 77 Cfr. J.l. Tellechea lclígoras, "Declaración inédita clel Santo Patriarca Ribera sobre las Consideraciones ele Juan Valclés", Hispa11ia Sacra 17 (1959), pp. 155-163.

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