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La etapa salmantina del patriarca y sus estudios 257 Che del contenuto in questo Interrogatorio ha udito dire publicamente da tutti quelli, che prattica– vano col Servo di Dio, che era dotto, e che havesse letto Thologia in Salamanca, e che ivi si sta– to graduato dalli sopradetti servitori antichi, e che havesse studiato le lingue Greca, et Ebraica, lo sa, perche essendo gia vecchio, vidde come glie l'insegnavano il Dottore Giovanni Mingues giií. rettore di San Lorenzo Ja Greca qui in Valenza; et il Padre Ballester della Compagnia di Giesu J'Ebrea ne! luogo del Villar, che e Della mitra arcivescovile 66 • Se puede suponer que, si en sus años de ancianidad se dedica al estudio atento del griego y del hebreo, era porque o lo había hecho poco en los años de la mocedad o por– que no había dedicado tiempo a ello y, ahora, en razón de su ministerio, lo consideraba necesario para la predicación, donde el comentario de la Sagrada Escritura era fundamen– tal. Por otra parte, el estudio del hebreo estaba especialmente vinculado a la cátedra de di– cha especialidad, así como al partido de dicha lengua que, en esos años estará regentado por Martín Martínez de Cantalapieclra, figura que difícilmente hubiera pasado desaperci– bida para san Juan de Ribera si hubiera asistido a sus clases. Por otra parte, la praxis ele la Universidad nos pone de manifiesto que, a la cátedra de hebreo, acceden teólogos. Lo que sucede, por ejemplo, en 1559 67 . LAS LECCIONES DE TEOLOGÍA Los Estatutos de 1538 tendrían una gran importancia para el estudio de la Teología, puesto que respetando las Constituciones de Martín V, abrían la puerta para el reconoci– miento formal ele la práctica que Vitoria había hecho habitual en la cátedra ele Prima: ex– plicar a partir de la Suma de Santo Tomás y no desde el libro de las Sentencias de Pedro Lombardo. Ahora se mandaba declarar sucintamente el parecer ele Abelardo y, después que el maestro argumentase desde donde considerase oportuno o, lo que era lo mismo, hacer– lo a partir de santo Tomás 68 En la praxis habitual salmantina el contenido de la Suma se repartía en ocho partes, de modo que los maestros de las cátedras de Prima y Vísperas, en el espacio de cuatro años, pudieran "moverla" completamente. Al mismo tiempo, como es– taba establecido que las lecciones en dichas cátedras tuvieran carácter alterno, los estudian– tes asistiendo a las lecciones diarias de estas dos cátedras principales, seguían el esquema diseñado por el Aquinate sin necesidad de tener que someterse a repeticiones innecesarias. Teniendo esto presente, si sostenemos que los apuntes recogidos por Juan de Ribera no conesponden a todos los cursos por él realizados, nos lleva a afirmar que los mismos, además de un interés afectivo y académico, por tratarse de la Universidad más relevante de aquel momento, eran también una henamienta muy práctica para la preparación de las disputas teológicas, en las que los estudiantes se enfrentaban dialécticamente sobre lo que se había leído en las lecciones, pero en la que nos encontramos lagunas serias, pero que podrían ser subsanadas en la comparativa con otros manuscritos de estudiantes de la épo– ca y que se encuentran diseminados hoy en día en diversas bibliotecas y archivos 69 • Al 66 Saa Ritman Congregatione..., Summarium nº 6, &. 61, pp. 44-45. 67 Cfr. AHUSA, Libro de Claustros 1558-1559. vol. 28, f. 56v. 68 "Item los catedráticos de Teología de Prima y Vísperas lean los quatro libros de las Sentencias de tal ma– nera que en principio de cada distinción suantamente declaren la sentencia del texto del maestro y después mue– van sus cuestiones que les pareciere". Estallltos de 1538, tit. XVIII, 1, p. 155. 69 Creemos que este sería uno de los aspectos que ofrecerían nuevas luces sobre diversas figuras del siglo xvr y XVII salmantino.

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