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256 Miguel Anxo Pena González diante las assistencias de Dios) aprovecharse en la doctrina del Angélico Maestro Santo Thomás, que a los veinte y dos años cumplidos con aplauso universal de toda aquella célebre literaria Uni– versidad, y no menos justa dispensadora de sus premios, fue promovido al grado de Bachiller, y a los veinte y cinco al de Doctor"º. Pero qué queremos afirmar cuando estamos hablando de una trayectoria fundamental– mente escolástica. No es fácil delimitarlo, pues como ya hemos indicado, no contamos con monografías que nos perfilen la formación teológica, con anterioridad a Trento. Pe– ro, al consultar los libros de probanzas testificales de los distintos estudiantes, referentes al año académico 1556-1557, con la intención de ver las de nuestro autor, nos ha sorpren– dido un número nada desdeñable de bachilleres en Teología y, al mismo tiempo, bachille– res en Sacra Página 61 • Esto estaría poniendo de manifiesto que se trataba, como antes he– mos señalado, de una formación muy libre y que era acomodada por el estudiante, donde incluso se podían obtener diversos bachilleres dentro de la Facultad de Teología: uno en Teología y otro en Sacra Página 62 • En este sentido, no se puede perder de vista que el hebraísta Gaspar de Grajal 63 , en la década del setenta, será desposeído de la cátedra de Sagrada Escritura, que había obteni– do por oposición en junio de 1560 64 . La hipótesis sería que el currículum de Bachiller en Sagrada Página estaría más vinculado a una formación a partir de la Biblia Vulgata que, incluso podría ser ampliada a partir de los partidos ele lengua griega y hebrea 65 . Y, en ese momento, cuando ya la Reforma Católica se comienza a imponer en la Universidad de Salamanca, sería bastante lógico que se marcara un control mayor sobre la Sagrada Es– critura, en razón de que era uno de los principales baluartes defendidos por la Reforma. Podríamos pensar que estas disquisiciones o hipótesis ele trabajo nada tienen que ver con Juan de Ribera pero, si analizamos detenidamente los datos que nos aportan sus hagiógra– fos encontraríamos una confirmación indirecta de que su cursus honorum no estaría muy cercano al campo bíblico. El detalle lo encontramos en uno de los testimonios para la cau– sa de beatificación. Dicho testigo se refiere a los estudios por él realizados, señalando que el griego y hebreo los habría estudiado siendo ya viejo: 60 J. Jiménez, op. cit., p. 6. 61 Es el caso, por ejemplo, en los ff. l l v, 18r, 25r, 26r, 29r, donde el título es "Baccalaureatus in Sacra Pa– gina". Cfr. Libro de probanzas de curso 1557-1558, vol. 591, f. 11v. 62 Somos conscientes que se trata únicamente de una hipótesis. pero que necesariamente ha de ser tenida en cuenta para el conocimiento de la formación teológica de la primera mitad del siglo XVI. Ante las grandes fi– guras escolásticas, vinculadas con la Escuela de Salamanca, las que estaban en relación con la formación bíbli– ca podrían haber quedado más en la sombra y, en l561, con la reforma de CovmTubias es probable que el ba– chiller en Sacra Página quedara ya desten-ado del Estudio. pues no respondería adecuadamente a los cánones marcados por Trento. De esta manera, dentro de una misma facultad podríamos encontrar diversos perfiles o es– pecializaciones. 63 Cfr. M. de la Pinta Llorente, Los procesos inquisitoriales contra los hebraístas de Sala111anca: Gaspar de Grqial, Martínez de Ca111alapiedra yji·ay Luis de León. l. Gm1x1r de Graja/, El Escorial, 1935; F. Domínguez Reboiras, Gaspar de Grqial (1530-1575). Friihneuzeitliche Bibelwissenschaft i111 Streit mit Universitdt und ln– quisition, Münster, 1988. 64 Acerca del expediente para la sustitución de Gregario Gallo, cfr. AHUSA, E1pedientes de oposición a cá– tedras. 1550-1560. vol. 960, ff. 404r-421r. 65 Precisamente, en el Claustro Pleno del 21 de septiembre de l558, se pedía que fueran admitidos los cur– sos de Biblia del Estudio, ele igual manera que se hacía con los de los conventos u otras universidades. Aunque se comisiona a dos maestros a tal efecto, el libro de Claustros no nos da respuestas de cómo concluye dicha petición, que no deja de perseguir pareciéndonos ambigua, tanto en su contenido como interpretación. Cfr. AHUSA, Libro de Claustros 1558-1559, vol. 28, f. 77v.

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