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65$ FRANCISCO JOSÉ DE JACA Y LA ESCLAVITUD NEGRA vechan también para recordar que esto se está haciendo también en el reino de Portugal, con la salvedad de que allí “con menos causa”242. Como último dato, quieren hacer ver al monarca que todos, eclesiásticos y civiles, se han valido de los esclavos negros, “para todo género de ministe rios, sin exceptuarse las Religiones, pues todas los tienen en copioso número en sus haciendas”243. Por todo ello el Consejo concluye afirmando: Que no se puede dudar de la precisión de estos esclavos para mantenerse los reinos de las Indias, y cuanto se interesa la causa pública de su conservación, en que se mantenga sin novedad, y en el punto de la conciencia la probabilidad que tiene, por las razones que quedan representadas, autoridades referidas, costum bre inveterada y común en los reinos de Castilla, América y Portugal, sin repug nancia de Su Santidad, estado eclesiástico, antes bien con tolerancia de todos2. Teniendo presente todo lo afirmado, se puede sostener que el pensa miento del capuchino aragonés no sólo queda expuesto y formulado de ma nera teórica y práctica en las Indias, sino que consigue introducirse también en la estructura del reino, llegando incluso a afectar a la política del estado, puesto que el rey Carlos II se siente turbado ante la exposición del capuchino, y pide explicaciones al Consejo de Indias. Éste, por su parte, busca los medios oportunos para acallar postura tan contradictoria con sus posiciones e intere ses. Parece que después de esta consulta el soberano considera zanjado el te ma, ya que no volvemos a encontrarnos ninguna referencia al asunto. I-{abrá que esperar a los borbones para que en 1710 nos volvamos a encontrar una Real Cédula acerca de este aspecto245. Por su parte, el capuchino todavía tendrá fuerzas para dirigirse al rey en enero de 1688, haciendo constar la existencia en las Indias de “ministros que en lugar de mirar por su Real Corona y por los pobres que Dios a vuestra Ma jestad ha encomendado”246, se dedican a sus propios intereses. No parece que el misionero recibiera respuesta, ni tan siquiera si dicha carta llegó hasta el monarca, puesto que aparece en Roma. De esta suerte y sin pretendrlo, Francisco José de Jaca entra también de lleno a ser uno de los personajes que influyen en la politica española de finales 242 Ibid. 243 Cf. Ibid., f. 7r. 244 Ibid., f. 7v. 245 Cf. Real Cédula de Felipe V a los gobernadores y justicias de Indias (19-4-1710), en AGI, indiferente General, leg. 432, Libro 46, f. 209r-21 Iv. 244 fi: francisco José de Jaca al rej Carlos II (22-1-1688), en APF, SC. America Meridionate, VOl. 1, f. 317r.

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