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644 FRANCISCO JoSÉ DE JACA Y LA ESCLAVITUD NEGRA mería y se le pueda asistir...”84, al mismo tiempo que el enorme interés que el Consejo mostraba para que este fraile no retornara a Indias185. 2. LA POLÍTICA ESTATAL Parece conveniente hacer ahora un paréntesis para dibujar el papel que el capuchino tiene en la política estatal. Es evidente que después de las frecuen tes negociaciones y la copiosa correspondencia sobre el tema, éste no queda simplemente aparcado para la historia, sino que se tuvieron que derivar con secuencias políticas que afectaron directamente a la actitud personal del mo narca, así como al envío de misioneros a América. No cabe duda que la parti cular personalidad del monarca provoca en éste una fuerte perplejidad ante asunto de tamaña magnitud. Se conocen dos momentos de singular importan cia, de cada uno de ellos se obtienen unas consecuencias determinadas que es preciso valorar en su justa medida. Posición de Jaca respecto a Carlos II Bajo el reinado de don Carlos II se pueden constatar grandes y significa tivos movimientos de cambio y reforma en las estructuras del Estado. La mayoría de ellos, como fruto de la deplorable situación financiera y política del país. La posición financiera del Consejo de Indias en el reinado de Carlos II fue todavía peor que en los períodos anteriores. En los 35 años de reinado del Hechizado, el Consejo de Indias sufrió tres importantes reformas, en las que los resultados nunca fueron los esperados. La mayoría de los miembros del Consejo de Indias compatibilizaban sus tareas con otros servicios y misiones, de tal manera que el trabajo relativo al Consejo quedaba siempre en un segundo plano. Como afirma E. Schiifer, “en las plazas de funcionarios del Consejo de Indias la compra y de vez en cuando la herencia por merced había ya arraigado desde hacía mucho tiempo”186. Ante este panorama, es evidente que el Estado tenía que buscar los me dios que posibilitaran su propio sostenimiento. Uno de ellos había sido el asiento de negros favorecedor de un comercio que contribuía significativa mente a paliar los innumerables gastos de la maltrecha economía española. D. Antonio Pedro Alvarez Osorio al cardenal Marcelo Durazzo (23-2-1688), en ASV, Arch. Nunz. Madrid, vol. 35, f. 525r-v. 185 Cf. Ibid. 186 E. Schffer, El Consejo Real y Supremo de las Indias..., 271.

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