BCCAP000000000000095ELEC

16 Boletín Americanista , año LXIII . 2, n.º 67, Barcelona, 2013, págs. 11-32, ISSN: 0520-4100 Muy unida a esta cuestión sostendrá también que los príncipes paganos eran legítimos señores, de igual manera que los monarcas cristianos, ya que su po- der se derivaba del derecho natural, en el que todos los hombres son iguales. La conclusión a la que llega es que los naturales no podían ser despojados de su dominio legítimo, por no haber causa justa para ello (Veracruz, 1968b [escri- ta c . 1556]: 408 [dub. XI , § 806]). Idea hermosa que aparecerá posteriormente en las independencias, por lo que se intuye que no estaría simplemente vinculada al discurso ilustrado. Como ejemplo concreto, propone el traspaso de poder de Moctezuma —como soberano legítimo— al rey de Castilla, afirmando que, aun siendo justa la transferencia del poder, el soberano obtiene dicho poder de la República, por lo que no puede extralimitarse en sus funciones. La conse- cuencia para él será clara en el caso de Moctezuma, entendiendo que no podrá enajenar unilateralmente su reino a favor del soberano castellano si no hay con- sentimiento del pueblo, ya sea de manera expresa o interpretando el sentir del mismo (Veracruz, 1968b [escrita c. 1556]: 440 [dub. XI , § 879]). No es muy osa- do pensar que esta idea venía unida a la de los concejos castellanos, que ha- cían un pacto con su soberano. Por otro lado, resulta necesario precisar que Ve- racruz consideraba que la fe podía ser impuesta, incluso por la fuerza; mientras que Vitoria había defendido la libertad de creer. Del mismo aserto deduce también que, aun probando el traspaso del poder, no se puede justificar la apropiación de los bienes puesto que, mientras no se decida otra cosa, pertenecen a la República y no a los señores e ídolos, por lo que estos pueden ser meros usufructuarios de los mismos, considerando así la necesidad de la restitución (Veracruz, 1968b [escrita c. 1556]: 436 [dub. XI , §§ 872-873]). Así la Conquista se presenta como una invasión injustificada y, por el modo en que fue hecha, también ilícita. A diferencia de la vehemencia de Las Casas, Alonso sostiene que, una vez superados los abusos de los conquistadores, la relación entre naturales y espa- ñoles puede resultar beneficiosa para ambos (Cerezo, 1985: 27-28), lo cual su- pone también una puerta abierta al criollismo, que mostrará toda su agudeza en los días de la Independencia. Su discurso, por tanto, que en una lectura autóno- ma nos podría parecer eminentemente utópico, en el preciso momento en que lo contemplamos y abordamos en contexto, pone de manifiesto una propuesta que promueve la concordia y el encuentro, abriendo posibilidades, pero con el firme compromiso de que se respete legal y legítimamente aquello que le corres- ponde a cada uno. Su opción se expresa en el trabajar por el bien de los naturales, así como por su autopromoción, en camino hacia el autogobierno y la autonomía política. En- tiende que el momento oportuno sería aquel en que los pueblos estuvieran pre- parados para ello. Pero, al mismo tiempo, mira atentamente a su policía cristia- na , por lo que también mostrará una preocupación cuidada por la recepción de los sacramentos, por parte de los naturales y, al mismo tiempo, porque se res- petasen sus privilegios. A ello dedicará alguna de sus obras, como es el caso del Speculum coniugiorum , en el que plantea diversos aspectos como los dere-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz