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272 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ cesarios para el sostenimiento de las repúblicas de las Indias; porque su traslado a las Indias no puede impedirse, pues los reyes tienen urgentes motivos para permitirlo y autorizarlo. 4. La demostración de los capuchinos Resulta novedosa la distinción que Francisco José de Jaca hace entre humanos derechos y católico-piadosos entendiendo por tales aquellos que le vienen dados a todo hombre por su mismo ser de criatura, donde están reflejados todos los seres humanos sin distinción 24 . La razón de esta dis- tinción la encuentra en el ser propio del hombre, tal y como plantea la teología judeo-cristiana, de un hombre que es imagen de Dios ( Génesis , 1, 27). Distingue entre ley natural y ley de gracia, por lo que el hombre ha de mostrar eterno agradecimiento, también por medio de las rela- ciones humanas. Por ello, la esclavitud es fruto del pecado original y se opone a la naturaleza humana. Entiende que el derecho de gentes fundamenta las relaciones entre las distintas comunidades e individuos y, a semejanza del derecho na- tural, se ha de estructurar como una doctrina que marque la ley y la justicia entre los hombres. Se cuestiona sobre quién ha probado que en las tierras de África existan guerras lícitas, ya que de ello no existe nin- gún testimonio objetivo 25 . Considera que no hay constancia válida que pruebe la licitud, mientras se constatan «enredos y testimonios falsos» 26 . Aun en el caso de que se diera guerra justa, las dificultades morales para el tráfico y venta de los esclavos no facilitarían el negocio a los asentistas. Sostendrá que la compra es ilícita, no existiendo distinción alguna entre la primera y segunda. Como respuesta a los argumentos en contra afirma que en las compras no sirve razón de buena fe, entendiéndose que no hay tal en las transacciones, ya que si la hubiera, habría que averi- guar la licitud de la compra y si se llegara a descubrir que esta era ilícita, el comprador estaría obligado a liberar y restituir. Al mismo tiempo, considera que no hay posibilidad de ignorancia en el comercio humano, 24 «No tiene lugar la esclavitud, en los antedichos negros y sus originarios, princi- palmente por ser cristianos y de la Iglesia santa hijos». Jaca, Resolución sobre la libertad de los negros , i , núm 1. 25 «¿Quién lo ha averiguado? ¿quién con testimonios auténticos lo ha expresado, declarado y de ello, en limpio ha tenido certeza?». Jaca, Resolución sobre la libertad de los negros , i , núm. 7, p. 9. 26 Jaca, Resolución sobre la libertad de los negros , i , núm. 8, p. 10.

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