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8 Miguel Anxo Pena González Corintios XIII n.º 145 La espiritualidad del siglo XVi sigue ofreciendo modelos y respuestas cohe- rentes para nuestro presente. Un ejemplo de este hecho lo tenemos en la figura del maestro Ávila, que, el 7 de octubre de 2012, el Papa Benedicto XVI declaraba Doctor de la Iglesia. No cabe duda de que este hecho, de fuerte significatividad, supone también una llamada de atención respecto a la figura de un santo que vivió hace más de 500 años que, si hasta ahora era un modelo ubicado en el contexto del rico perfil de la espiritualidad hispánica del siglo XVi , ahora se ofrece como modelo de doctrina para la Iglesia universal. Esta realidad, que se hacía oficial por medio del reconocimiento pontificio, era ya real en la vida del santo, especialmente en su relación con figuras de un profundo calado cristiano, con un compromiso social y apostólico inserto en su tiempo. Entre ellos se cuentan santos y maestros de espiritualidad: San Ignacio de Loyola, San Francisco de Borja, San Juan de Dios, San Juan de Ribera, Santa Teresa de Jesús, fray Luis de Granada, por citar a algunos de los más destacados. Pero el maestro Ávila no puede ser visto exclusivamente como maestro de vida espiritual, sino como un hombre que fue capaz de impulsar la caridad cristia- na, desde unas opciones personales y unas respuestas coherentes. En este sentido, es preciso tener muy presente su amplia actividad como fundador y promotor de instituciones educativas. Es cierto que San Juan de Ávila no es el único que hace esto, sino que, a lo largo de todo el siglo XVi , van surgiendo diversas fundaciones y proyectos, que intentan responder a las necesidades que vive la sociedad en un lugar determinado. Por otra parte, el propio hecho de haber sido declarado Doctor de la Igle- sia obliga a que sea estudiado y conocido de manera más amplia, más allá del cle- ro secular español, que lo tiene como su patrono principal. Un santo y, por ende, un Doctor de la Iglesia más es un patrimonio de todos los cristianos, en el que tenemos la oportunidad de encontrar un modelo válido de vivir cristiano. 1. sus primeros pasos por el mundo universitario Juan de Ávila nace en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), el 6 de enero de 1499, en el contexto de una familia acomodada que regentaba una explo- tación minera, lo que llevará a su padre a dirigir al joven a estudiar Leyes en la Universidad de Salamanca. Como se intuye por su año de nacimiento —aun asu- miendo que este pueda variar en un año—, se trataba de un momento de una amplia expansión política, económica, cultural y religiosa, pero también de límites

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