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8 Miguel Anxo Pena González Corintios XIII n.º 145 preocupación por transmitir la dignidad del trabajo, en medio de una sociedad construida desde los títulos de hidalguía, que llevaban a no hacer nada. Sus pala- bras, en los Tratados de reforma —Advertencias necesarias para los reyes—, resul- tan elocuentes: «El holgar es cosa muy usada en España, y el usar oficio muy desestimada; y muchos quieren más mantenerse de tener tablero de juego en su casa, o de cosa semejante, que de usar un oficio honesto. Porque dicen que por esto pierden el privilegio de la hidalguía y no por lo otro. Y yo no alcanzo la razón de esta ley. San Josef fue carpintero; y no estaría mal a quien no tiene de comer por vía lícita apren- der un oficio y usarlo en su casa, pues, por muy alto que sea, no será tanto con san Josef ni como Jesucristo nuestro Señor, que también ayudaba al oficio a su Ayo». 5. el amor como centro de la vida En 1545 regresa a Montilla, desde donde reclamaba su presencia la mar- quesa de Priego para la atención espiritual de sus hijos. El detalle muestra nueva- mente la intuición singular del maestro Ávila, que, sin renunciar a su vida sobria y pobre, va introduciendo a los condes de Feria en el itinerario de la vida cristiana, consiguiendo que apoyaran diversas obras asistenciales y apostólicas, de tal suer- te que su vida de fe se concretará también en prácticas de caridad. Un año más tarde, en 1546, dedica varios meses a predicar y misionar por la provincia de Ba- dajoz, concretamente en Zafra y sus entornos, adonde había sido llamado por los dichos condes. Regresará nuevamente a Montilla, haciendo constantes salidas para predicar. En 1547 pone en marcha una misión popular en la que participarán tam- bién 24 amigos y discípulos sacerdotes; dicha iniciativa se extenderá por Andalucía y La Mancha. Era una oportunidad para atender a las grandes masas de pobla- ción, haciendo que la fe no quedara desdibujada, sino que siguiera siendo algo asumido en un proyecto personal. Así, su mensaje tiene la posibilidad de llegar a todos, puesto que a todos —sin distinción social— va propuesto. Esto, además, lo llevará a cabo por medio de una predicación sencilla, distante de la retórica y de los ambages de la época, valiéndose para ello de una coherencia entre el discurso concreto a transmitir y sus obras concretas. El mensaje, de esta manera, resultaba comprensible y, al mismo tiempo, provocador del cambio. El 21 de noviembre de 1549 otorga poderes para la colación de los pri- meros grados en el Colegio-Universidad de Baeza. Para finales de ese año lo en- contramos nuevamente en Zafra. En enero de 1550 viaja a Córdoba para agilizar la fundación del colegio y, al tiempo que sigue dedicado a la predicación, funda también el Colegio de San Nicasio en Priego de Córdoba, en la que le ayuda la condesa de Feria. Son, al mismo tiempo, años de grandes resultados apostólicos;

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