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390 Miguel Anxo Pena González Una vez trazados los principios generales, en el desarrollo de la obra plantea los requisitos necesarios para una digna celebración, en los que se detiene, IRUPXOD \ MXVWL¿FD $QDOL]DQGR GHWDOOH SRU GHWDOOH GH WDO PDQHUD TXH HO PLQLVWUR pueda ser consciente de aquello que celebra y cómo lo celebra, haciendo luego lo mismo respecto a la liturgia de las horas y a los tiempos litúrgicos. Se introduce HQ XQ DQiOLVLV GHO VLJQL¿FDGR WHROyJLFR \ OLW~UJLFR GH ODV KRUDV FDQyQLFDV GH ORV tiempos litúrgicos y de sus símbolos para ayudar y desarrollar una espiritualidad para los clérigos 60 . En este sentido, Arturo Llin estudiando la preparación de san Juan de Ávila al VDFHUGRFLR \ OD GRFHQFLD GH 6iQFKH] &LUXHOR D¿UPDED KDFH DOJXQRV DxRV ©&LUXHOR GHGLFD OD ~OWLPD SDUWH GHO WUDWDGR DO HVWXGLR GH DOJXQRV FRQFHSWRV sobre la predicación. Con ideas claras expone cuál es el objetivo primordial de la predicación: “La predicación es la exposición de la Sagrada Escritura, realizada SRU VDFHUGRWHV S~EOLFDPHQWH HQ OD ,JOHVLD GH 'LRV DO SXHEOR ¿HO´ª 61 . 'H HVWD PDQHUD VH SRQH GH PDQL¿HVWR TXH OD GLVFLSOLQD WHROyJLFD LPSDUWLGD HQ Alcalá tendía a la philosophia Christi , con la intención de formar al hombre, sin poner el acento principal en dotarle de teorías que pudiera exhibir intelectualmente. /D YtD QRPLQDO HQ $OFDOi RIUHFtD FRPR UHVXOWDGR XQD ÀH[LELOL]DFLyQ HQ HO PRGR de entender la teología, menos dogmática y más cercana a las fuentes y, por ende, a la teología positiva. Se potenciaba así –como se intuye del propio Pedro Ciruelo– una pietas litterata de claro sabor intimista, que se alejaba de formas ceremoniales externas y de una religiosidad institucionalizada 62 . &RQ HVWDV SLQFHODGDV GH ORVPDHVWURV VH YH FyPR HO FRQWH[WR H LQÀXHQFLDV SXHGH resultar mucho más amplio de lo que se ha venido considerando tradicionalmente, entendiendo que el Maestro Ávila haría una recepción personal, orientada hacia OD DFFLyQ DSRVWyOLFD \ DWHQFLyQ GHO SXHEOR ¿HO \ GHO FOHUR TXH WHQGUtD \D XQRV claros antecedentes, en sus estudios de Artes y Teología, en la Universidad de Alcalá; donde la exigencia y evaluación del profesorado era algo que marcaba también una manera de mantener un nivel social 63 . No cabe duda que, en el 60 Nicolás Antonio, comentando el contenido de la misma afirmaba: «En el primer libro explica todas las ver- dades contenidas en las siete horas canónicas y en la primera parte de la misa, llamada de los catecúmenos. El segundo, que constituye la parte más importante de este obra, explica según un doble sentido el oficio de la misa que se celebra de modo distinto durante todo el año; el tercero, que debió versar sobre el canon secreto de la misa, para no aumentar en demasía el códice, fue dejado por el autor para otra época y, según creo, jamás ha sido publicado». N. A NTONIO , Biblioteca Hispana Nueva II (Fundación Universitaria Española, Madrid 1999) 214. 61 A. L LIN C HÁFER , San Juan de Ávila y su preparación al sacerdocio o.c., 288. La referencia a este artículo nos la facilitó la profesora Mª Jesús Fernandez Cordero, a quien se lo agradecemos sinceramente. 62 Cf. S. Á LVAREZ T URIENZO , Las universidades de Salamanca y Alcalá o.c., 50. 63 En este sentido, sólo unos años después de la salida de Ávila de Alcalá, en una visita al Estudio, los estu- diantes expresan sus exigencias, respecto a la enseñanza, que no deja de reflejar una atmósfera general: «Que los maestros expongan “distinta y claramente”, evitando las superfluidades; que sean puntuales en el horario, de forma que no reduzcan el tiempo lectivo, ni dejen de explicar los textos completos, ni resten espacio a la lección

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