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387 Tiempos y vivencias de san Juan de Ávila: Salamanca, Alcalá, Sevilla orador. Su estancia en Alcalá será amplia, abarcando de 1508 a 1533, por lo que VX LQÀXHQFLD GHELy VHU WDPELpQ VLJQL¿FDWLYD HQ WRGD OD FRUSRUDFLyQ DFDGpPLFD En 1527 el emperador le convoca a la Junta de teólogos de Valladolid, para discutir la ortodoxia de Erasmo de Rotterdam. Ciruelo será el único profesor de Alcalá que no se mostrará abiertamente partidario de las doctrinas del humanista holandés. En 1533 marcha a Segovia como canónigo Magistral y, en 1538, se traslada a Salamanca con idéntica responsabilidad 48 . Con todo, su principal dedicación será la de teólogo, aunque sus publicaciones más difundidas hoy en día estarán relacionadas con la lógica, matemática, astronomía y retórica. Como VHxDODED 6XTXtD *RLFRHFKHD ©IXH HO SULPHU HVSDxRO TXH OOHYy D OD LPSUHQWD REUDV de Ciencias exactas y, por ello, no resulta extraño que el renombre de matemático KD\D UHOHJDGR D VHJXQGR SODQR VX SHUVRQDOLGDG GH WHyORJRª 49 . En esta misma línea de principios, no se puede perder de vista que el método impuesto en Alcalá de validar las cátedras constantemente, no facilitaba que los doctores y maestros se ubicaran con estabilidad y dedicación en la docencia, teniendo constantemente que competir entre ellos. Será él quien introduzca enAlcalá el modus parisiensis , con el cual los alumnos pasaban a tener un papel más activo en su formación, mediante la realización de disputas y actos públicos. Se entiende, por lo mismo, que introdujera el leer a partir de la Summa de santo Tomás y no del libro de las Sententiae , de Pedro Lombardo 50 . También en su caso nos encontramos ante un teólogo independiente, con un escolástico que no se deja secuestrar por una escuela teológica concreta –ni siquiera por el tomismo–, lo que pudo provocarle también cierto rechazo. No hemos de perder de vista, por otra parte, que Pedro Sánchez Ciruelo es un teólogo proveniente del clero secular, por lo que sus preocupaciones e intereses serán diversos de aquellos que inquietaban a hombres provenientes de las Órdenes. Éste detalle puede también que no pasara desapercibido para el mismo san Juan de Ávila. Ciruelo se muestra ansioso por la acción apostólica, por lo que su interés por la Escritura no está sólo relacionado con el renacimiento bíblico de la época, sino en el papel que ésta juega en el orden de la fe. Siente y constata la necesidad de formar a los pastores y al pueblo, de tal suerte que se pueda vivir en un contexto más apropiado y conforme al plan de Dios. 48 Acerca del mismo, cf. M. Á LAMO , «Ciruelo (Pierre Sánchez)», en: VV., Dictionnaire de Spiritualité II (Beau- chesne, Paris 1953) 909-910; C. F LÓREZ – P. G ARCÍA C ASTILLO – R. A LBARES , Pedro S. Ciruelo. Una Enciclopedia humanística del saber (Caja de Ahorros de Salamanca, Salamanca 1990); Í D ., El humanismo científico (Caja Duero, Salamanca 1999); J. M. A YALA , Pensadores aragoneses. Historia de las ideas filosóficas en Aragón (Ins- titución Fernando el Católico, Zaragoza 2001) 272-275; A. L LIN C HÁFE r, «San Juan de Ávila y su preparación al sacerdocio»: Revista agustiniana 48 (2007) 279-306. 49 A. S UQUÍA G OICOECHEA , Un maestro y un alumno de Alcalá Pedro Sánchez Ciruelo e Íñigo de Loyola (1526- 1528) (Real Academia de la Historia, Madrid 1988) 23. 50 No hay motivos para pensar que se valiera también del dictado, pues se hubieran conservado copias de los apuntes, como sucedió en Salamanca, respecto a las lecciones de Francisco de Vitoria.

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