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385 Tiempos y vivencias de san Juan de Ávila: Salamanca, Alcalá, Sevilla D DPEDV ¿JXUDV HVSHFLDOPHQWH HQ UHODFLyQ /R TXH FREUD WRGDYtD PiV IXHU]D VL tenemos en cuenta que Biel había tenido una estrechísima vinculación con la Devotio moderna , lo que le confería un carácter práctico e intimista, que resultaría atrayente al Maestro Ávila. En este sentido, parece necesario valorar también la relación que éste pudo tener con ese movimiento espiritual y religioso. En este sentido, no se puede tampoco olvidar que la línea que toma el marchamo de la Devotio moderna en la Península Ibérica es la que impulsará el observante Francisco de Osuna, con su Abecedario espiritual , en el que muestra una atenta preocupación por el método para orar. Promovía e invitaba un encuentro con Dios, por medio de un vaciamiento interior –por vía negativa– de todo afecto desordenado, al tiempo que proponía una mirada central a la pasión de Cristo. Ávila, en esta línea, no podemos olvidar que insistirá en la necesidad de mirar y dejarse mirar en Él, algo que estará muy presente en la sensibilidad de Osuna 42 . El método de oración propuesto, aunque no nos podemos detener ahora en ello, es sabiduría, arte de amar, teología mística, unión, profundidad, abstinencia, ascensión espiritual… y, por lo mismo, una espiritualidad afectiva, que ponía en UHOLHYH DO LQGLYLGXR SHUR TXH WHQGtD PDQL¿HVWDPHQWH WDPELpQ D OD DFFLyQ KDFLD la acción apostólica, a partir de un serio conocimiento de la Escritura y de los 3DGUHV (Q HVWH VHQWLGR OD GH¿QLFLyQ TXH GHO SHQVDPLHQWR GH 2VXQD GD 6DWXUQLQR López, podría ser, con pequeños matices, también válida para san Juan de Ávila: ©6X IRUPDFLyQHV HVFROiVWLFD FRQDSHUWXUDGHHVStULWX %DVDQGRVXV D¿UPDFLRQHV sobre cimientos sólidos, no es especialista de lo metafísico y abstracto. […] Predicador y místico, su código supremo es el amor. No es justo considerarle fautor de la sola corriente afectiva. Valora las funciones del entendimiento y las dirige hacia el amor. Allí donde ya la razón no comprende deben actuar los UHVRUWHV DIHFWLYRV VXEOLPDGRV SRU OD FDULGDGª 43 . Otro aspecto que parece ha de ser tenido en cuenta, es la cuestión de la teología SRVLWLYD GH OD TXH -XDQ GH ÈYLOD VHUi HO SULPHUR HQ FRQ¿JXUDU XQD FiWHGUD ad hoc , pero que en ello mucho debía a sus maestros, especialmente a aquellos que se habían formado en París, en el Colegio de Monteagudo, donde había enseñado Juan Mair, quien citaba esta cuestión ya en el principio de su comentario al IV 42 Ponemos sólo un ejemplo, de los múltiples que podrían usarse: « Mirad , pues, doncella, a este hombre , Cristo, que por un indigno pregonero suyo es pregonado. Mirad a este hombre , para oír sus palabras, porque éste es el maestro que el Padre nos dio. Mirad a este hombre , para imitar su vida, porque no hay otro camino para ser salvos, si él no. Mirad a este hombre , para haber compasión de él, pues que estaba tal que bastaba a mover a compasión a los que mal le querían. Mirad a este hombre , para llorar, porque nosotros le paramos con nuestros pecados tal cual está. Mirad a este hombre , para le amar, pues padece tanto por nos. Mirad a este hombre , para os hermosear, porque en él hallaréis cuantos colores quisiéredes con que os hermoseéis». Véase: L. S ALA B ALUST - F. M ARTÍN H ERNÁNDEZ (eds.), S. Juan de Ávila , « Audi filia », en: Í D , Obras Completas I. o.c., 776, §. 2 [cap. 112]. 43 Cf. Ibíd., 13-14.

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