BCCAP000000000000091ELEC

miguel anxo pena gonzález 126 que habían sido condenados, y considerar la Summa como una obra peligrosa, que sólo podía ser puesta en manos de gente inteligente; también estaban presentes las disensiones vividas en la propia Orden de santo Domingo, por lo que era necesario proyectar, tanto hacia dentro como hacia fuera, una imagen de unidad, que se eviden- ciaba todavía más en el recurso a una doctrina compacta y sólida. Hay que tener presente que, temas de esta complejidad, no pueden ser planteados exclusivamente en una lectura maniquea; que es lo que tradicionalmente se refleja en las polémicas entre la escuela tomista y la franciscana, donde estos últimos aparecen como los intransigentes que condenan el aristotelismo, y los tomistas como los de- fensores de la autonomía de la filosofía, de la libertad de discusión y, por lo mismo, de la libertad intelectual y de la razón. La historia ha evidenciado que el problema es mucho más complejo; que dice referencia a la competencia intelectual entre ellos, pero también a otros intereses externos que determinarían significativamente la evo- lución histórica. El detalle se pondrá de manifiesto, más adelante, cuando analicemos el grave conflicto con la Universidad de París, donde la actitud más beligerante y controversista será la sostenida por los miembros de la Orden de Predicadores, pero que incidirá en todo el entorno de los Mendicantes. Desde el punto de vista doctrinal el tomismo había pasado a ser doctrina oficial de la Orden de Predicadores, ofreciendo una base de certeza, de la que ya no se sepa- rarán. Esto les lleva a reorganizar todas las estructuras escolásticas, revelando cómo la Orden es ya autosuficiente culturalmente, y puede ya ofrecer una preparación com- pleta, también desde el punto de vista filosófico y científico, a sus miembros. De manera general, se puede sostener que los frailes, más que doctores de la Escri- tura, tenían la tendencia, en razón de su preocupación por la ciencia, de transformar- se en cultivadores de disciplinas nuevas, pero con el riesgo de que la enseñanza bíblica pasase a ser propedéutica de la teológica. No cabe duda que en este entorno habrá una lectura más atenta a la metodología de enseñanza, de carácter más clásico por parte de los franciscanos, que se puede ver, de manera singular, en la Glossa ordinaria , elaborada por Nicolás de Lyra, en la primera mitad del siglo xiv 39 . Se puede constatar también cierta tensión, entre dominicos y franciscanos, como consecuencia de la aceptación de candidatos provenientes de la institución opuesta, sin el oportuno consenso de los respectivos superiores legítimos. Gregorio ix había prohibido expresamente el abuso de obligar a los llegados a una Orden a abrazarla, antes de la profesión religiosa y, especialmente, todo discurso teórico o práctico que tuviera como finalidad influir en la decisión del novicio, impidiéndole la libertad de elección, a largo de ese año de prueba 40 . 39 Acerca de Nicolás de Lyra, cf. C. L. Patton, «Nicholas of Lyra», en D. K. Mckin (ed.), Handbook of Major Biblical Interpreters , Downers Grove: InterVarsity Press, 1998, 116-122; P. D.W. Krey - L. Smith (eds.), Nicolas de Lyra. The Sense of Scripture , Leiden-Boston-Köln: Brill, 2000; K. Reinhardt, «Die Kontroversen des 15. Jahrhunderts um die Postilla litteralis super totam Bibliam des Nikolaus von Lyra», en Wissenschaft undWeisheit 73 (2010) 56-66. 40 Parece que era práctica habitual entre los dominicos, admitir a la profesión, en el mismo día de

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz