BCCAP000000000000091ELEC

dominicos y franciscanos en las universidades medievales 121 la fascinación que generaba desde un mensaje revestido de pobreza radical. Por si esto fuera poco, el propio canciller de la Universidad de París, Eudon de Chatearoux animaba a los Menores a seguir los pasos de los hijos de santo Domingo, acercándose al mundo académico 27 . Así se entiende la emulación de las formas con- ventuales de los dominicos, mostrando también los franciscanos una preocupación atenta por la ciencia. En este sentido, resulta significativo constatar cómo, desde 1231, los Menores cuentan ya con tres centros de estudio: Bolonia, París y Oxford, en paralelismo con el de los Predicadores. En razón de la reputación de los lectores que sucedieron a san Antonio en el Studium de Bolonia –donde él parece que había sido el iniciador–, el papa Inocencio iv concederá a los clérigos seculares que acudían a sus cátedras, idénticos privilegios de los que gozaban los estudiantes de París, lo que se concretaba en el derecho de percibir las rentas de sus prebendas y beneficios eclesiásticos, durante los cinco años en que durasen sus estudios 28 . No se puede perder de vista que, en Bolonia, no había problemas de competencia, como podía suceder en París, puesto que aquel Studium no contaba todavía con estudios teológicos, por lo que la escuela de los Menores no estaba agregada, ni poseía el derecho de conferir grados. Tanto los dominicos como los franciscanos, para conservar el buen nombre de sus Studia , hacia dentro y fuera de la propia institución, se verán impelidos a enviar a alguna facultad teológica a los religiosos destinados a la enseñanza y, lógicamente, el lugar mas adecuado era París. Con estos antecedentes, antes de que transcurrieran diez años de su llegada a Saint Denis –en las inmediaciones de París–, lo que había tenido lugar en 1219, los Me- nores rivalizaban ya con los Predicadores respecto a la influencia que cada institución tenía en el Studium Generale . Con intención de cubrir sus necesidades, los dominicos se habían instalado un año antes en el centro de la urbe. Por el contrario, Saint Denis se encontraba distante del barrio de las Escuelas. Pero, gracias a la fuerza de su testi- monio de vida, especialmente en la atención de los pobres, en 1222, ingresarán en la Orden minorítica cuatro doctores, entre los que destacaba Aymón de Faversham 29 . Con todo, el StudiumGenerale franciscano de París no estará regularmente constituido y agregado al Studium . Ese será el momento en que uno de los maestros más afamados especialmente delicado comprometer cualquier fidelidad. Cf. L. Pisanu, Innocenzo iv e i francescani, 1243-1254 , Roma: Ed. Francescana, 1968, 207. 27 La afirmación claramente la formulamos en estos términos, con la intención de poner en evidencia que no se trataba sólo de lo que una institución quería, sino que el proceso histórico que determina el paso del carisma a la institución, resultaba particularmente interesante y, en el mundo franciscano es algo que ocupa una importancia particular, diferenciando entre el proyecto e ideal de Francisco de Asís y el cariz concreto que luego irá tomando la Orden. Cf. T. Desbonnets, De l’intuition a l’institution. Les Franciscains , Paris: Éditions Franciscaines, 1983. 28  Cf. Innocentius iv , «Tuis devotionis supplicationibus (26. iii .1249)», en Bullarium Franciscanum , I. B. Constantii - I. H. Sbaraleae (eds.), t. i , Romae: Typis Sacrae Congregatione de Propaganda Fide, 1759, 529, §. 300. 29 Hasta el momento de su muerte, en 1244, será una figura significativa en la Orden, primero como Lector en los estudios de Tours, Padua y Bolonia y, en un segundo momento, por su activa colaboración en la implantación de la misma en Inglaterra.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz