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La lucha por la libertad de naturales y africanos… 393 desarrolla la argumentación en tres secciones sucesivas: los títulos de justa esclavitud, las disputas de los autores y la restitución y satisfacción. Respecto a los títulos desarrolla el esquema común de los autores, mos- trando cómo los títulos están sustentados a partir de errores de contenido y forma. Comienza también por poner de relieve que todos los hombres son libres por naturaleza, entendiendo dicho estado como la condición propia y característica del ser humano, en razón de la naturaleza y por voluntad de Dios. Por tanto, mantener a los africanos esclavizados va contra todo derecho y norma divina o positiva. Una vez planteado el argumento general presenta toda una serie de ejemplos en los que se evidencian las iniquidades y abusos. En este sentido, los negros africanos son esclavizados contra el derecho natural, por lo que pecan contra él aquellos que se dedican a esclavizar, tanto si tienen alguna autoridad o no. La misma esclavitud, como muerte civil, no es justificable «por autoridad privada, coger y hacer esclavo a un reo, ni nunca es lícito, por autoridad pública, hacer esclavo a un inocente, pues cada uno es libre por derecho natural y tiene derecho a su libertad de la que no se le puede privar sin pecado» 51 . A partir del principio general deduce que, en este sentido, pecan tanto los que esclavizan como los que los compran 52 . Al mismo tiempo, se sigue que los negros africanos son esclavizados contra el derecho positivo 53 , que le sirve para evidenciar, una vez más, los múltiples abusos que se dan por todas partes. Aceptará un único caso de servidumbre, el que se refiere a los enemigos de la Iglesia, entre los que no se encuentran los naturales de África: «los cristianos pueden tener como esclavos a quienes pecan contra la Iglesia y son enemigos de los hijos de la Iglesia, como turcos y moros y todos los maho- metanos enemigos de la Iglesia; pero no de su gente y de gente que no son ene- migos de ellos. Pero los negros no son enemigos de los cristianos; más, muchos son cristianos. Luego no pueden ser hechos esclavos por los cristianos y, tanto menos, apresados con engaño, fraude, rapiña, ni comprados injustamente y contra el derecho natural por quienes adquieren negros, como ocurre hoy» 54 . En una lectura atenta del iure , tal y como se plantea en los siglos XVI y XVII entiende que no sólo son esclavizados en oposición al derecho positivo, sino también contra el de gentes. Después de explicar qué es exactamente el derecho de gentes, afirmará que en razón del mismo se puede esclavizar, puesto que es la manera de conservar con vida al esclavo apresado en gue- 51 Ibid., §. 29, 41. 52 Ibid., §. 33, 47-49. 53 Cf. Ibid., §. 36, 53. 54 Ibid., §. 43, 63.

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