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La lucha por la libertad de naturales y africanos… 381 guerras en las Indias van en contra de todo derecho natural y divino, por lo que la esclavitud de sus naturales es ilícita. Si esto es así, los conquistadores y encomenderos están obligados a restituir los bienes y riquezas adquiridos y, al mismo tiempo, los gobernantes que no cumplen con su obligación deberán ser sustituidos por otros más adecuados. Sentado el precedente teórico y vistos los resultados financieros logra- dos, por medio de la mano de obra africana, el paso al comercio de la Trata no será ya una tarea difícil, entrando en escena los negreros, especialmente portugueses, ingleses, holandeses y franceses 22 . Con todo, lo más importante es poder traslucir cuál será la argumentación teórica que sostenga todo el edi- ficio. Y, en este orden de cosas, no se puede olvidar que es precisamente en el siglo XVI cuando la moral se configura como una ciencia teológica autónoma e independiente, sustentada a partir de una teología escolástica, en la que los autores más significativos tendrán una fuerte dependencia del tomismo y, por lo mismo, de Aristóteles. Por lo mismo, la primera argumentación común recurrirá a Aristóteles, entendiendo que la esclavitud era algo intrínseco a la sociedad, aunque fuera contraria a la naturaleza. Así lo sostendrán Vitoria o Soto. En concreto, Vitoria es consultado por un dominico acerca de las técnicas usadas por los portu- gueses en África, para apoderarse de los naturales de aquellas tierras. Des- pués de su opinión personal que, en líneas generales se atiene a los títulos de licitud, considerando que los africanos pueden ser esclavos de hecho o de derecho, por lo que el acento lo pondrá más directamente respecto al trato que se les inflige 23 . Si el pronunciamiento de Vitoria tiene un carácter meramente personal, no así las aportaciones de Domingo de Soto y Luis de Molina. Veamos muy brevemente las ideas esenciales de los mismos. El dominico segoviano recurre a los títulos por los que se consideraba lícita la servidumbre: la propia venta —de los mayores de veinte años—; la venta de los propios hijos; los reduci- dos en guerra justa 24 . Soto está convencido de la importancia que la libertad tiene para el ser humano pero, después de exponer su razonamiento sobre la esclavitud de manera objetiva, la aplica a los africanos negros, expresando su indignación porque los bozales son reducidos con fraude y dolo. Entendía 22 Para una visión de conjunto sobre la trata en América, Cf. H. S. Klein-B. Vinson III, African Slavery in Latin American and the Caribbean, New York 2007, 2 ed. 23 Cf. F. de Vitoria, Carta del Maestro fray Francisco de Vitoria acerca de los esclavos con que trafican los portugueses, y sobre el proceder de los escribanos, in: Anuario de la Asociación Francisco de Vitoria 3, 1930-1931, 38-40. Para un análisis de la misma, puede verse también M. A. Pena González, Francisco José de Jaca. La primera propuesta abolicionista de la esclavitud en el pensamiento hispano, Salamanca 2003, 99-102. 24 Cf. D. de Soto, De iustitia et iure libri decem, excudebat Ioannes Baptista a Terranova, Sal- manticae 1569, lib. IV, q. 2, art. 2, f. 103v.

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