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1, Los veinticuatro ancianos (Ap 4,4) ATEO coloca a los veinticuatro ancianos en forma de semicírculo, rodeando el arco de la gloria (Ap 4,4). Las coronas desta– can en las cabezas de los ancianos como 1111 de su realeza; las túnicas transparentan el sacer- 111 de J esucristo por el que han sido declarados dig– ' Los instrumentos muestran la función primordial 1°11os ancianos: alabar y adorar a Dios (Ap 4,10; 5,9; 1, l 6s; 19,4) y presentar las oraciones de los fieles Ap ~.9). Los ancianos no están tocando, sino afinando '' lustrumentos -así lo afirma F. Luengo-, preparán– ,,. para la respuesta del peregrino y para entonar el 111 leo nuevo (Ap 5,8s). /, Los siete espíritus de Dios (Ap 4,5) L texto apocalíptico presenta a siete ángeles más uno, y es ésta la lectura que el maestro Mateo plasma en el pórtico. Los siete ángeles p r esentan los at ributos d e l a P asi ó n . 1 111c.:ndo presente que las siete trompetas que tocan ' •iicte ángeles anuncian desgracias, podría verse una lt•rcncia al sufrimiento, dolor y martirio que el M•"•Ías padece en la Pasión, que el arquitecto identifi– d 1•11 los siete ángeles (Ap 8,6-11.19). 11 onavo ángel es aquel que se encuentra en una pos- 11111 de adoración ante el trono del Cordero, elevando ltll ll'nso y perfumes (Ap 8,3). De igual manera que 11• fogel está separado de los otros siete por su fun- lrn11el arquitecto lo plasma en una postura especial- 11·111e típica de adoración exigida p or la labor que 1 \t'mpeña ante la gloria de D ios. El incienso que sale 1 h1 columna va hacia el trono del Cordero. Ptl.g. 53

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