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alternativa a las cátedras de teología en la Universidad… 533 tir, en la introducción de éstos en la atención espiritual de familias que ocupan cargos administrativos intermedios con fuerte solvencia económica . Los dominicos eran conscientes del control que Felipe ii tenía sobre los temas referentes a la fe, y no querían dejar de estar presentes para proponer sus opiniones como las más adecuadas y oportunas, aunque éstas entren en algún momento en confronta- ción con lo dispuesto por los Pontífices, como había sido el caso del mismo Melchor Cano. Lo curioso del caso es que el conflicto de las lecturas, que es un paso más hacia la creación y configuración de las cátedras de Órdenes, es la crónica de una historia anunciada, ya que el prior de San Esteban, Antonio Cáceres, ante el Claustro de la Universidad, señalaba el menosprecio que se hacía a otras Órdenes en favor de la Compañía de Jesús 10 . Sentía, así mismo, cierto malestar porque no se estaba respetando esa plurisecular precedencia de Órdenes, mantenida en razón de diversos conceptos. Anunciando con la palabra y con los hechos que se desmarcarían de lo que fuera cual- quier postura opuesta a esta tradición. Por otra parte, una amenaza lanzada por el prior de San Esteban, suponía para la Universidad el peligro de una pérdida significativa de fuerzas, en la estructura de gobierno, de magisterio y de escolares. Algo a plantearse con suma seriedad y cautela; de ahí que el asunto se dilate por tanto tiempo y sea seguido con amplia expectación. Pero si eran los domi- nicos los que controlaban el contexto universitario salmantino, los jesuitas iban logrando ya una fuerte ascendencia en los entornos cortesanos, que se dejará ver claramente en las decisiones que vie- nen de Madrid. No se puede negar que, aunque Felipe iii seguirá manteniendo confesor, como sus antecesores, a un miembro de la Orden de Predicadores, personalmente se mostrará partidario de la Compañía de Jesús, lo que se hará todavía más evidente para su  El mismo Felipe iii apoya que sus nobles tengan por confesores a jesuitas: “Algunos ministros míos, con buen celo, han querido en años pasados tener cerca de sí, para confesores y comunicarles casos de conciencia y otros negocios, a los padres de la Compañía de Jesús que ellos habían tratado y conocían, y según he sido informado, hicieron elección de ellos y con su autoridad obligaron a los superiores a condescender en ello, y cuando esto no bastaba acudían a Su Santi- dad para ello y se valían de otros medios con poca conveniencia del fin que pre- tendían y con daño de la Religión y de las mismas partes”. “Carta de Felipe iii al duque de Sesa y Baena (Valladolid-Roma, 1 marzo de 1603 )”, en Julián J. Lozano Navarro, La Compañía de Jesús y el poder en la España de los Austrias , p. 123. 10  Cf. ausa, Libro de Claustros , lib. 59, f. 101. Tomado de: José Barrientos García, “Pleito de la Compañía de Jesús con la Universidad de Salamanca (1586- 1603)”, en Studia Zamorensia 7 (1986) p. 473.

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