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576 miguel-anxo pena gonzález En toda la documentación existente al respecto, no encontra- mos ninguna referencia a la cátedra Compostelana, por lo que tenemos que considerar que la cuestión salmantina es entendida de manera diversa. Sí, por el contrario, se hace frecuentemente referencia al ejemplo de dominicos y jesuitas, que han obtenido este Privilegio Real, del que los benedictinos de San Vicente se consideran también posibles beneficiarios. También ellos relacio- nan la motivación con la oposición a las cátedras, puesto que la política requerida al respecto, no se consideraba adecuada para un monje que debería vivir en una vida bastante distante de este tipo de problemas, por otra parte, aun con los cambios operados por el Consejo de Estado, el acceso a cátedras seguía estando muy viciado. Así, cuando el cardenal Aguirre escriba al Capítulo Gene- ral de los benedictinos observantes, expondrá que, “La mira que siempre tuve no fue tanto el honor de la Religión (aunque de tanto lustre), cuanto el evitar los daños que ocasionaban y establecer por esa vía la observancia hermanada con los estudios en Salamanca. Mi ánimo no es, ni ha sido, que esas cátedras sirvan a la vanidad, pompa o ambición alguna de prelacías o dignidades por ese medio (porque sería gran mal, y acaso peor que el de las oposiciones), sino para que en ellas se pongan sujetos ejemplares y de la más sana doctrina, en lo escolástico y moral, y con igual indefenso cuidado miren por la observancia y aprovechamiento en ciencia y virtud de los discípulos, aplicando a esos fines demasiado tiempo que solía gastarse en visitas, cartas y dependencias indignas por aquellas negras cátedras” 105 . En este sentido, la Congregación benedictina de Valladolid, no había permitido ya con anterioridad, la oposición de sus miembros, cuando se proveían a partir de los votos de los estudiantes, justificándolo por la disipación y falta de observancia que ocasionaba. Con todo, podemos intuir que no dejaba también de estar presente la dificultad añadida de la competencia que, con unas cátedras de propiedad para su Orden, quedarían definitiva- mente solucionadas. Una vez se tuvo la idea clara, se recurrió a todas las influencias posibles, tanto en Madrid como en Roma. Detalle que no deja de ser discursos, con que esto no puede dejar de ceder en mayor utilidad de los oyentes. Además, que Santo Tomás se crió en la Religión de San Benito, y fue siempre muy amante de la doctrina de nuestro Padre San Anselmo, y con mucha razón su doctrina la puede venerar la Religión de San Benito por Escuela propia”. aupsa, Fondo Colegio de San Vicente , Caja 137, carp. 10, f. 1r. 105  García M. Colombás, Historia de la fundación de tres cátedras ..., p. 386, doc. 27.

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