BCCAP000000000000088ELEC
574 miguel-anxo pena gonzález atender a la Teología positiva, valiéndose más de los autores clási- cos que de los recientes, puesto que estos, en muchos momentos, aparecían como relajados. No se puede tampoco descuidar que, el mismo Cardenal manifestaba también su arrepentimiento por haber estado muy próximo al probabilismo, en temas morales, lo cual consideraba como un grave error, invitando ahora a sus her- manos a alejarse de esa Teología perniciosa, acercándose más a una línea probabiliorista, por considerarla más afín a Santo Tomás: “Y para que lo dicho de que en todos los Colegios se enseñe la doctrina moral y escolática unidamente conforme a Santo Tomás, importará que se estudien y lean los cursos de Gonet, Carmelitas Salmanticen- ses, porque hermanan con singular destreza la doctrina espiritual y moral, que debe principalmente ser atendida y estudiada en nuestro monástico Instituto, con la parte escolástica” 98 . En este contexto, era preciso valerse de todas las fuerzas para lograr la implantación de la Escuela propia en el juego de fuerzas que movía el corporativismo universitario. En razón de lo cual, la presencia habría de ser en todas las Universidades que hubiera posibilidad, aún a sabiendas de que no era igual la importancia y ascendencia de las mismas. En este sentido, en 1674, valiéndose del legado del benedictino arzobispo de México, Fr. Diego de Hevia y Valdés, consiguen la fundación en la Universidad de Santiago de Compostela de una cátedra de Santo Tomás, exclusivamente para ser regida por los monjes de San Martín Pinario 99 . Este aspecto parece importante, puesto que se trata de la primera referencia a una cátedra vinculada al pensamiento del Aquinate, teniendo presente la interpretación de San Anselmo 100 . El tomismo era ya 98 Ibid ., p. 390. 99 Cf. Vicente Beltrán de Heredia, “Los benedictinos en la Universidad de Santiago”, en Boletín de la Real Academia Gallega n. 181 (1926) pp. 12-19; Pau- lino Pedret Casado, “Las cátedras de la Universidad de Santiago hasta el plan de estudios del 27 de enero de 1772”, en Cuadernos de Estudios Gallegos 1 (1944) pp. 237-245; Salvador Cabeza de León, Historia de la Universidad de Compostela , tom. iii (Santiago de Compostela: Universidad de Compostela, 1947) pp. 141ss. 100 En este sentido, los benedictinos llegarán a vincular la relación entre ambos maestros, a partir del hecho histórico de la presencia y formación de Santo Tomás en Montecasino, así lo refiere el cardenal Aguirre: “podría acor- darse el Señor confesor de que su glorioso fundador fue impetrado del cielo por la invocación y méritos de Santo Domingo de Silos (cuyo nombre tomó), monje profeso del real monasterio de San Millán, y también pudiera traer a la memoria la educación de Santo Tomás en Montecasino y que, excepto unos pocos maestros de nuestra Religión en Salamanca, que, por las negras pretensiones de cátedras, mudaron casaca de la noche a la mañana, todos los demás han sido tomistas”. “El
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz