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570 miguel-anxo pena gonzález Los franciscanos, que eran conscientes de las dificultades, bus- can los medios de contrarrestar los movimientos de sus opositores, tarea que desempeñará con gran acierto Díaz de San Buenaventura, que logrará acercarse primeramente a los jesuitas, a los que se sen- tía cercano por afinidad teológica con alguno de sus maestros, en concreto con el P. Tirso González, convencido antiprobabilista como él y catedrático por diez años de la Universidad de Salamanca 90 , con lo que ganaba para su causa a la fuerza más segura en aquel momento. En un paso adelante, escribe y publica un amplio escrito en el que justifica su postura. Dicho memorial que, según Vázquez Janeiro fue escrito en cinco días 91 –algo materialmente imposible por su amplitud y complejidad de demostración–, argumentaba las razones históricas y morales para que la Universidad de Salamanca aceptara la petición singular de los franciscanos. El informe se divi- día en cuatro puntos, distribuidos de la siguiente manera: 1. Motivos que asistían a la Orden para esta pretensión; 2. Las razones que tenía la Orden para esperar este privilegio del Rey; 3-4. Las respues- tas a los opositores. La obra hacía un profundo manejo de las fuentes históricas conocidas hasta el momento, vinculadas siempre a partir 90  Tirso González había sido nombrado patrono de la cátedra de Prima de la Compañía de Jesús, por nombramiento real de noviembre de 1676, pasando a regentar la cátedra en febrero de 1678, cuando incorpora sus títulos a Salamanca. Se jubila en diciembre de 1685 por provisión real. En las cuaresmas de 1680-1681 predica en la Corte, lo cual le situará en una situación verdaderamente privile- giada para poder ayudar al franciscano observante en su lucha por el recono- cimiento real. Su actitud contraria al probabilismo, en un momento en que este ya perdía significativa fuerza, se convierte en un elemento adecuado para que el P. Tirso sea promovido al Generalato, donde contaría con la ayuda de person- ajes tan importantes como Sforza Pallavicino o la fuerza proporcionada por el mismo Inocencio xi, que ya había intervenido acerca de la negativa por parte de la Compañía en la publicación de sus obras. Decretó que pudiera defender públicamente la postura probabiliorista. El detalle de la elección de un Prepósito General probabiliorista, da cuenta del cambio que se estaba también operando en la Iglesia, aunque la Compañía de Jesús seguirá sin dar libertad a sus miem- bros en la elección del método moral a utilizar. Después del gran esfuerzo, a la muerte de Tirso González, todo volverá a ser como antes de su generalato. Cf. Elías Reyero, Misiones del M. R. P. Tirso González de Santalla. xii Prepósito General de la Compañía de Jesús: 1665-1686 (Santiago de Compostela: Tipografía Editorial Compostelana, 1913); Enrique Esperabé Arteaga, Historia pragmática e interna de la Universidad de Salamanca. ii. Maestros y alumnos más distinguidos (Salamanca: s. n., 1917) pp. 570-571; Ignacio Pinedo, “González de Santalla, Tirso”, en Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús , tom. ii, pp. 1644-1650. 91  Isaac Vázquez Janeiro, “El convento y Estudio de San Francisco”, en Luis E. Rodríguez-San Pedro (coord.), Historia de la Universidad de Salamanca. i. Trayectoria histórica e Instituciones vinculadas (Salamanca: Ediciones Universi- dad de Salamanca, 2002) p. 628.

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