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alternativa a las cátedras de teología en la Universidad… 559 Como ya hemos indicado, el asunto más candente será el jura- mento de seguir las doctrinas de San Agustín y Santo Tomás, en el que toda la Universidad se muestra unida, atacando de manera solapada también los intereses y la visión teológica de la Compañía y de los franciscanos, fundamentalmente. No es necesario volver a repetir lo ya dicho, pero sí es interesante constatar las acusaciones de unos para con otros. De los jesuitas se dirá que introducen doctri- nas nuevas, mientras que éstos de los dominicos dirán que quieren ser la única voz válida en Teología. Con todo, como señalará años más tarde el P. Tirso González, desgraciadamente, en los reinos peninsulares, para este momento la Teología se había desgajado fuertemente, produciéndose una seria separación entre doctrina y moral. Mientras los teólogos seguían estudiando la doctrina teórica referente a los principios, los moralistas se dedicaban a resolver casos de conciencia que, en muchos momentos, se encuentran des- provistos del contexto lógico y de la argumentación teórica, que permitiría dar el sentido profundo a un problema. Era curioso que, como ataque a un enemigo común, se pudieran unir las fuerzas de dos instituciones claramente enfrentadas entre sí: dominicos y agus- tinos. No cabe duda que estos últimos veían peligrar su espacio de competencia con los dominicos, puesto que ahora se verían obliga- dos también a luchar con un tercero. Con todo, no parece que sea muy adecuada la conclusión a la que llega Benigno Hernández, cuando afirma que “la Universidad quedó derrotada en todos los frentes; signo, sin duda, del poder y de la influencia de que gozaban entonces los jesuitas en España” 62 , puesto que la razón no estaría simplemente en la fuerza institucio- nal de la Compañía, sino que el mismo corporativismo existente en la Universidad, en una lucha enconada por la defensa de los propios intereses institucionales, se adornaba bajo los comunes del Estudio, aunque esto no era cierto. Así, la razón principal habría que bus- carla en el mismo momento en el que los dominicos logran instituir sus cátedras de Órdenes de propiedad, entendiendo lo demás como consecuencias de este hecho fundamental. Nuestra explicación, ade- más, vendría corroborada por el hecho de que todas las gestiones se harán en nombre de la Universidad, de la Orden de Predicadores y de los Ermitaños de San Agustín. Así aparecía en los memoriales 62 Benigno Hernández Montes, “Colegio de la Compañía de Jesús”, en Stvdia Histórica. Historia Moderna. Homenaje al Prof. M. Fernández Álvarez 7 (1989) p. 400.
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