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546 miguel-anxo pena gonzález 2. L as cátedras de Ó rdenes Es preciso comenzar señalando cómo el conflicto de cátedras es una realidad que se va imponiendo en todas las Universidades, y en la que ocupará un papel significativo la fuerza que cobra progresiva- mente la Compañía de Jesús, con sus centros de formación paralelos y al margen de las Universidades. En este sentido, lo que en un pri- mer momento es recibido como una ayuda más, en un paso sucesivo en el que lo humanístico pasaba a ocupar un segundo lugar, en muy pocos años será considerado como una institución hostil, por la que la Universidad se ve fuertemente relegada. Así, el conflicto podría estar en la misma vocación docente de la Compañía, que además había hecho un despliegue de fuerzas en las ciudades más impor- tantes de todo el Orbe Católico, especialmente en aquellas donde las Universidades tenían mayor relevancia. Esta realidad se puede contemplar desde Salamanca hasta Roma, pasando por Lovaina. El conflicto lo podemos valorar, fundamentalmente, a dos niveles: en referencia a los Estudios en competencia directa con los Colegios y en las Órdenes que tenían mayor presencia en la Universidad, que ven peligrar sus intereses institucionales y de grupo. De manera más concreta, las relaciones comienzan a deterio- rarse desde el mismo momento en que los Colegios de la Compañía de Jesús pasan de una formación en Gramática y Artes, a impartir lecciones de Teología y Cánones, especialmente cuando esto se hace sin ningún tipo de restricciones. Así, en uno de los primeros lugares donde surgirá el conflicto será en Valencia, cuando en 1562 los jesui- tas imparten Teología a puertas abiertas, con lo que los estudiantes asisten en gran número, por lo cual la Universidad prohíbe la asis- tencia a profesores y escolares, por ver peligrar sus intereses 38 . En este ascenso progresivo, los jesuitas habían intentando ofrecer una buena formación humanística que había desplazado, toda la forma- ción impartida, tanto de manera particular o institucional, convir- tiéndose en casi los únicos que seguían atendiendo a esta necesidad. Así lograrán llegar a controlar la Gramática, consiguiendo, en un segundo momento grados, para los cursos impartidos en sus Cole- gios. 38  Cf. Javier Palao Gil, “Relaciones entre los jesuitas y las Universidades de la Corona de Aragón en la Edad Moderna”, en Enrique González González – Leticia Pérez Puente (coords.), Permanencia y cambio. i. Universidades hispánicas. 1551- 2001 (México: unam, 2005) pp. 465-481.

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