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540 miguel-anxo pena gonzález también una plasmación plástica en la vida de la ciudad, que se hace patente en la recuperación progresiva de procesiones y cofradías, que reviven el esplendor perdido 26 . 1.4. La vida académica Es, quizás, en ese doble elemento: el académico y el de la expre- sión religiosa, donde con mayor claridad se puede ver que, el otro fuerte conflicto que ya hemos apuntado estaba determinado por la fuerza y confrontación que el Colegio de la Compañía, ostentaba frente a la Universidad, que no dejaba de ser otra muestra más de esa independencia religiosa, vinculado directamente a un poder central, representado por una estructura jerárquica a la cabeza de la cual se encontraba el Prepósito General y, sobre éste, en un nivel de absoluta y pronta disponibilidad, los intereses de la Iglesia, representados por el Papa. En este sentido, cabe preguntarse qué sucede con la concesión de títulos, ya que la única arma que la Universidad tenía en sus manos la había obtenido del visitador Caldas, logrando que por R. C., “los estudiantes teólogos, debían oír las lecciones en el General, y no en los monasterios o conventos, bajo riesgo de no poderse gra- duar” 27 , aunque no parece que provocara los efectos deseados. En este sentido, se ve que la Universidad se mueve con cierto miedo o prudencia, sin hacer uso de todas las armas que tiene en su mano. Así, por ejemplo, en noviembre de 1601, cuando la Universidad tenía los permisos para sacar a concurso las dos cátedras regentadas en aquel momento por los dominicos, por haberse ausentado de las mismas; sólo obtendrá una, la de Escoto que, por otra parte, era la que menos interesaba a la Orden de Predicadores. Lo curioso del caso es que será el Consejo quien solucione el conflicto, obligando a los dominicos a leer en dos cátedras de la Universidad. Así, Ledesma leería en Santo Tomás y Herrera sutituiría a Báñez en Prima. Con todo, los dominicos habían logrado lo que querían, que era regen- tar, al menos, una de las dos cátedras más importantes y, en ambas, poder impartir las doctrinas de Santo Tomás. No podemos dejar de lado que, significativamente, había ya un fuerte cambio de actitudes. 26  Como contexto paralelo vinculado, es interesante ver las aportaciones de una reciente tesis doctoral: Javier Burrieza Sánchez, El poder de la enseñanza y del sermón. Presencia de la Compañía de Jesús en el ámbito geográfico de Valla- dolid (Valladolid: Universidad de Valladolid, 2003). 27  ausa, Libro de Claustros , lib. 71, ff. 6v-7v.

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