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alternativa a las cátedras de teología en la Universidad… 539 que por toda Europa iban teniendo las grandes Órdenes, motivada por la cambiante realidad social, política y religiosa que iba progre- sivamente radicalizando; al tiempo que el pontificado iba mostrando sus visiones a todas las fuerzas religiosas extendidas por la Catolici- dad. El centralismo romano respondía adecuadamente, para que en sus contextos las ingerencias fuesen controladas y medidas oportu- namente. Se trataba de una Iglesia que volvía a recuperar seguridad en sí misma, lo que se mostrará de manera sumamente plástica en la Compañía de Jesús, como espejo en el que se mirarán las grandes Órdenes. En el entorno académico suponía también la recuperación de la conciencia del poder valerse por ellos mismos, representado muy especialmente en los Colegios de regulares, sin tener necesidad de sufrir el control universitario-académico, en el que el Monarca cada vez iba teniendo mayores ingerencias. Mientras que en otros momentos la Universidad había servido a los religiosos para lograr cierta autonomía de sus superiores, en el presente caso es todo lo contrario: la dependencia institucional de los superiores, se conver- tía en el medio adecuado para distanciarse de un proyecto común, como era la Facultad de Teología, que se veía como una realidad opresora, de las ideas y líneas de las diversas tendencias religiosas 25 . Era, en definitiva, la seguridad en sí misma, de una Iglesia católica del barroco que, después de una profunda crisis, comienza a ver la luz, y extrae hasta las últimas consecuencias y posibilidades de todo el proceso andado. Este distanciarse del ámbito del Estudio tendría 25  Domingo Báñez deja entrever algunos de los aspectos apuntados, en la súplica que dirige a la Universidad para que se vaquen las cátedras de su Orden: “... en los estudios dentro de nuestra casa, para lo cual es de suponer que a las horas que estas cátedras se leían no podían asistir los religiosos de nuestra casa por haber de acudir a obligaciones precisas de nuestra Religión que nec- esariamente piden aquellas mismas horas, y así para oír lecciones de Teología los estudiantes eran menester traer a nuestra casa nuevos lectores de Teología, y aunque en nuestra Provincia los hay, gloria a Dios cuales siempre les ha conocido esta Universidad por haber de ser lectores de dentro de casa subordinados a los catedráticos y meros regentados que ellos no era bien, ni podíamos suavemente traerlos aquí a leer, y habían de venir lectores de menos reputación y letras, de lo cual hemos experimentado y visto por los ojos notable detrimento del Estudio de nuestra casa, porque habiendo el ejercicio que antes y los ingenios tan buenos y mejores que antes no salían tan medrados como solían, y así temimos con justa razón que si esto pasaba adelante nuestro Estudio desmedaría mucho y no se traerían aquí los hombres que eran necesarios para salir después a servir a esta insigne Universidad”. ausa, Libro de Claustros , lib. 68, f. 139r (4 de noviembre de 1599). Tomado de: Luis E. Rodríguez-San Pedro, La Universidad salmantina del barroco ..., p. 675.

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