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LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Y EL CONTROL DE LA TEOLOGÍA... 59 glosar, desde la realidad concreta y práctica que tienen ante sus ojos. Por lo que, en ningún momento, se siente una avidez personal hacia cualquier doctrina o aportación propia, sino que es entendida casi como un depositum fidei , como una fuente común, en la que todos beben obteniendo un magnífico resultado; incluso en la que ellos mismos consideran que van completando y mejorando una interpretación del tomismo. Es la prueba fehaciente de un corpora- tivismo institucional, que tenía su inicio en Salamanca en Francisco de Vitoria, interpretado como “vir praeclarus ingenio, eruditione, eloquentia, interpres D. Thomae in Salmanticensi Universitate, sic floruit, ut inter primos merito sit numerandus” 9 . Para la nueva visión que se impone, ni siquiera las particulares dotes que adornaban a Vitoria eran lo más importante, sino que el hecho central era el ser expositor del Doctor Angélico. La fidelidad, por tanto, se encuentra en la continuidad con santo Tomás, conside- rando esto como central, hasta que progresivamente llegue a ser lo único verdaderamente importante. Por lo mismo, los comentarios impresos de la Summa comienzan a estar en clara dependencia res- pecto al tomismo. El material con el que ha de emprender este empeño el maestro Medina son los apuntes, cartapacios, traslados y manuscritos que, tanto en la Universidad como en el Estudio General de San Esteban, estaban recogidos, perteneciendo directamente a la elaboración por parte de los maestros o como fruto de la labor atenta de sus discípu- los, preocupados por copiarlo todo con la mayor fidelidad posible. El dominico mismo nos informa de que no se trata de un material completo y cerrado, sino que al mismo sucesivamente se iban incor- porando las aportaciones y reflexiones de los diversos maestros, por lo que debía ser considerado como una construcción de Escuela. De igual manera procede él, añadiendo e incorporando sus propias precisiones y reflexiones y, lo que comienza a ser esencial, en una absoluta fidelidad a santo Tomás, así como a la interpretación que de él haga Tomás de Vío. La cuestión a plantear es si, estos autores están siendo fieles a santo Tomás o lo son a la interpretación que de él había hecho Caye- tano y que la Orden había tomado como paradigmática. El mismo prólogo de Medina nos inclina a afirmar que la clave de interpreta- ción es el ilustre cardenal dominico, que aparece presentado como el gran paladín de santo Tomás, en el que hay que señalar un antes 9 Ibid .

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