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58 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ Veamos qué supone la aportación, en la interpretación teoló- gica tomista, de los dos dominicos de finales del siglo XVI y comien- zos del XVII. a. La codificación impresa Elemento identificador del quehacer teológico de los dominicos de este momento será, especialmente, su papel como recopiladores de las doctrinas de los que han de ser considerados como los maes- tros de la Escuela, síntesis en las que santo Tomás vendrá inter- pretado a partir del prisma particular del cardenal Cayetano. De manera concreta, son los superiores de su Orden, los que encomien- dan a Bartolomé de Medina la tarea de elaborar un Comentario a la Summa , en el que se recogieran las aportaciones sucesivas que los maestros dominicos habían hecho desde las distintas cátedras y, especialmente, desde la de Prima, en la explicación de santo Tomás. Para este momento era ya un número nada desdeñable de maestros el que había de ser tenido en cuenta: Francisco de Vitoria, Melchor Cano, Domingo de Soto, Pedro de Sotomayor, Mancio de Corpus Christi, por citar sólo a los que habían sido titulares de la de Prima. Es el mismo Medina el que en el prólogo de su Expositio in Primam Secundae 8 , nos informa de que no se trata de una elec- ción personal, ni tan siquiera de una intuición feliz para que no se pierdan las doctrinas de los maestros, sino que pone de manifiesto que se trata de un empeño marcado desde la propia jerarquía de la Orden; teniendo como justificación oficial, la defensa de los pro- pios intereses institucionales. De esta manera, se pone también de manifiesto el conflicto existente entre diversos grupos de presión en los entornos académicos salmantinos, y que podemos identificar materialmente en la pérdida de la cátedra de Vísperas por parte de los dominicos, así como en los conflictos que se presentan en la opo- sición a diversas cátedras. Es curioso constatar el hecho de que todos los maestros domi- nicos dejaron comentarios al Aquinate, sin intención de que fueran publicados, sino como fruto de su reflexión teológica, que se verá usada y completada por sus hermanos de hábito con gran liberali- dad, algo que correspondía con los orígenes de la Escolástica en la Edad Media. Eran discípulos de un gran teólogo, que ellos intentan 8 Cf. Ibid ., prol .

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