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56 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ tanto en el campo teológico como en el jurídico, de los que Gregorio López será un ejemplo particular, ya que el glosador de las Partidas, había dirigido sus esfuerzos a fijar, de manera definitiva, un texto legal, en cuyas glosas se veía con claridad que estaba impugnando y poniendo límite a la sistematización de Francisco de Vitoria. Esta oficialización progresiva se deja notar especialmente en los dos autores que hacen la síntesis institucional de los comentarios de los maestros dominicos salmantinos, nos estamos refiriendo a Bar- tolomé de Medina y Domingo Báñez. De esta manera, los maestros más afamados, como Francisco de Vitoria o Domingo de Soto, en los que el humanismo es una característica palpable, tendrán opiniones mucho más ricas y amplias, donde la dignidad humana, de facto, ocupará un lugar relevante. En razón de lo que acabamos de exponer, es importante señalar que la reflexión de los autores de la «Escuela de Salamanca» estará lejana de la que se elabore a partir de la segunda mitad del siglo XVI y a lo largo del XVII , desde otros marcos y contextos europeos, especialmente determinados por la Reforma, cuyos representantes más significativos serán Hugo Grocio, Alberico Gentili, Jean Bodin, Enrique Ranzovius, Juan Althusius, Roberto Filmer y John Locke, que no tendrán como horizonte de pensamiento lo teológico-moral, cuanto lo político. Sus obras responderán a ese proyecto particular en el que cada uno está involucrado, y al que inexorablemente han de servir. Algo que siempre está identificado con la figura de un soberano, que quiere defender sus intereses particulares, frente a los otros, representados generalmente por el Orbe católico. Estos autores del marco europeo, en los que está presente el pensamiento de nuestros clásicos hispánicos, especialmente de Francisco de Vitoria, el Dr. Navarro, Francisco Suárez y Luis de Molina, a los que conocen y utilizan, extraerán conclusiones a veces parecidas y otras divergentes, pero no olvidemos que orientadas hacia un fin y pre- ocupaciones muy diferentes. Con todo, no se puede tampoco olvidar que, este uso estaría también justificado por el hecho de que la polí- tica siempre tiene un trasfondo teológico en el que busca constante- mente justificarse. En este sentido, el uso de la Summa introducido en Salamanca por Francisco de Vitoria pronto se convirtió en recurso obligatorio e incondicional para que los autores estuvieran en continuidad con el nuevo orden de pensamiento. Pero, precisamente y en razón de la importancia que iban teniendo las nuevas teorías, los distintos grupos de presión que se encontraban en el marco universitario salmantino, compuesto por el Estudio y los colegios y conventos
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