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LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Y EL CONTROL DE LA TEOLOGÍA... 81 en cuanto a pensamiento y praxis, que responden también a dos líneas en el ámbito político. Por una parte, se encontraban los domi- nicos, con aquellos que seguían de manera rígida a santo Tomás y, por otra, los jesuitas, y los que proponían una lectura más amplia. Por su parte, el Duque de Lerma sufragará la cátedra de Víspe- ras de órdenes para los dominicos en la Universidad, mientras que la reina Margarita de Austria manifiesta su inclinación hacia los jesuitas, constituyéndose en fundadora y patrona del Colegio de la Compañía de Salamanca. En cuanto a lo religioso, era el momento definitivo de la imposición tomista, quizás más que otras épocas, donde esto podría haber estado presente de manera teórica, pero que a la hora de la verdad mantenía un abanico más amplio de posi- bilidades doctrinales. En el momento presente, no optar por una de estas dos líneas suponía, casi inmediatamente, no tener ningún reconocimiento o funcionar al margen de los núcleos de poder, lo que seguirá haciendo la observancia franciscana. Sería interesante conocer la verdadera razón que mueve al Duque de Lerma a crear la cátedra de Vísperas para los dominicos; ésta ha de estar vinculada al funcionamiento universitario interno y a los conflictos directos con los jesuitas. En aquel preciso momento, en 1608, acababa de ganar la oposición el maestro Guevara, por lo que la preponderancia de los agustinos volvía a estar en alza. Para el presente caso se crea también con idénticas prerrogativas de la tradicional de Vísperas, situando incluso, al catedrático, al mismo nivel de otro de propiedad. Este espacio, que en las propuestas del rector del Colegio de la Compañía o el prior de San Esteban, años atrás podría ser inter- pretada como un intento por encontrar un lugar para que todos tuvieran su espacio propio en los generales de Teología, en la práctica fue un empobrecimiento significativo del Estudio, puesto que las grandes reflexiones teológicas ya estaban más vinculadas a los Colegios y sus estructuras docentes, mientras que en las aulas del Estudio, se seguían manteniendo los métodos tradicionales de enseñanza, donde parecía que nada había cambiado, cuando lo cierto era que ya todo era diferente. El Claustro, con la intención de recuperar su espacio natural, intenta delimitar aquellos maestros que se podían seguir en la Universidad, lo que quedará reflejado en 1627, cuando se hace todo lo posible para imponer el juramento de leer y comentar a san Agustín y a santo Tomás, a excepción del catedrático de Escoto o de Durando 50 . Daba la impresión de que los 50 Para la fórmula del juramento, cf. ausa , Libro de Claustros , lib. 96, f. 76v-77r.
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