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LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Y EL CONTROL DE LA TEOLOGÍA... 75 un espacio, sin necesidad de entrar a concurso, lo cual era una cosa inusitada en el funcionamiento del Alma Máter salmantina, al margen de que estas lecciones, en principio, no sirvieran para gra- duarse. Ya el mercedario Francisco Zumel, siempre muy próximo a las posturas defendidas por los dominicos, había expuesto cómo esta actitud voluntarista de los jesuitas tendría unas consecuencias nefastas para la Universidad, en la que todas las Órdenes creerían tener derecho a su espacio propio. Aunque su posición no fue la que venció, sus criterios no dejaban de tener una lógica interna 39 . La cuestión más atrayente es saber cuál era el motivo autén- tico, por parte de los jesuitas para querer impartir lecciones en la Universidad, cuando las aulas del Colegio estaban bien pobla- das de estudiantes, constituyéndose como una fuerza paralela. La respuesta podría estar en el descentramiento de los dominicos, que tendrán que recurrir también a prebendas reales, para poder seguir manteniendo un espacio de precedencia. En este sentido, la normativa que obligaba a los estudiantes a asistir a las lecciones de las cátedras de propiedad era una realidad significativa pero, en la práctica, no lo dejaba de ser también el hecho de que los mismos estudiantes asistieran voluntariamente a otras lecciones, creando así una clasificación paralela de las cátedras, en las que para aquel momento la preponderancia la tenían aquellas en las que se encon- traban los agustinos. Por otra parte, a las diversas cátedras solían asistir los alumnos de la Orden religiosa a la que pertenecía el maestro, o de aquellos que formaban frente común con la línea de pensamiento del maestro respectivo, haciendo una evidente selec- ción de aquello a lo que se asistía. El maestro Zumel, en relación con esta cuestión, resalta también un principio que parece importante, el hecho de que la Universidad contaba con un número significativo de lecciones diversas, en las que todos se podían ver representa- dos, por lo que no tenía mucha lógica seguir ampliando la oferta académica, al tiempo que daba muestra de la comprensión cerrada que tenían de la ciencia teológica los teólogos identificados con el tomismo rígido, que no eran conscientes de la especialización que estaba ya viviendo la Teología y, de manera particular, hacia el campo de aplicación moral. De igual manera que se van a crear las cátedras de Órdenes, como una multiplicación de escuelas, considerando que favorecían 39 Cf. Ibid ., lib. 72, f. 51.

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