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inconscientemente— el cambio propuesto, entendiendo que el factor ideo- lógico fue uno de los principales ingredientes de las revoluciones. En esta línea, Villoro llegaría a afirmar que: «Abandonado el terreno de la simple especulación, el criollo se ilusio- na por un momento con la posibilidad de injertar su actividad en el desa- rrollo político de la sociedad. No aspira, por lo pronto, más que a una reforma de escasa importancia; pero si tiene éxito, habrá logrado mucho más que eso: habrá transformado el orden social, de una estructura rígida dominada por la burocracia, en una realidad susceptible de ser moldeada conforme al empeño de su voluntad creadora. Y una vez introducida la voluntad de cambio ¿será posible, acaso, detenerse?» 111 . Después de recorrer estas posturas, es necesario detenerse en la nove- dad que genera el marco peculiar del fin del Antiguo Régimen, así como las implicaciones que esto tendrá para los acontecimientos que se sucede- rán a gran velocidad. Los trabajos de las últimas décadas, especialmente los de F.-X Guerra 112 y los de R. Breña 113 nos ofrecen una novedosa visión que consideramos necesario tener en cuenta, aunque en algunos momen- tos no estemos totalmente de acuerdo con sus percepciones. La intuición más sagaz de Breña, a nuestro parecer, es la propuesta de un revisión del lenguaje 114 y la comprensión de éste en el período que 46 Miguel Anxo Pena González 111 L. Villoro, El proceso ideológico de la revolución de independencia, México 1986, 46. Estas tesis de Villoro se harán visibles para el gran público, a través del historiador mexicano Enri- que Florescano, que glosará al filósofo cuando se refiere al origen y fundamento de una historia nacional. Cf. E. Florescano, Memoria mexicana, México 2001, 539ss. 112 Cf. F.-X. Guerra, México: del Antiguo Régimen a la Revolución, 2 ed., México 1991; Id., Modernidades e independencias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas, Madrid 1992; Id., Las revoluciones hispánicas, independencias americanas y liberalismo español, Madrid 1995. También las obras coordinadas en colaboración con otros autores: A. Annino-L. Castro Leiva-F.-X. Guerra, De los imperios a las naciones: Iberoamérica, Zaragoza 1994; A. Annino-F.-X. Guerra (coords.), Inventando la nación: Iberoamérica siglo XIX, México 2003; M.-D. Demélas-F.-X. Guerra, Los oríge- nes de la democracia en España y América. El aprendizaje de la democracia representativa, 1808- 1814, Lima 2008. 113 Cf. R. Breña, La consumación de la Independencia de México: ¿dónde quedó el liberalis- mo? Historia y pensamiento político, in: Revista Internacional de Filosofía Política, 16, 2000, 59-94; Id., El primer liberalismo español y la emancipación de América: Tradición y reforma, in: Revista de Estudios Políticos 21, 2003, 257-289; Id., En torno al liberalismo hispánico: aspectos del republi- canismo, del federalismo y del liberalismo de los pueblos en la Independencia de México, in: J. Sánchez Gómez (coords.), Visiones y revisiones de la independencia americana: México, Centroa- mérica y Haití, Salamanca 2005; 179-204; Id., El primer liberalismo español y los procesos de eman- cipación de América, 1808-1824. Una revisión historiográfica del liberalismo hispánico, México 2006; Id., Las conmemoraciones de los bicentenarios y el liberalismo hispánico: ¿historia intelectual o his- toria intelectualizada?, in: Ayer 69, 2008, 189-219; Id., Pretensiones y límites de la historia. La histo- riografía contemporánea y las revoluciones hispánicas, in: Prismas 13, 2009, 283-294. 114 Este autor afirma concretamente: «la fórmula absolutismo versus liberalismo nos parece insuficiente para entender las relaciones entre el primer liberalismo español y la emancipación americana». R. Breña, El primer liberalismo español…, 26.
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