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Ometeca ·XIII • 68 como pensamiento hispánico, entendiendo por tal aquel que podía ser interpretado de una manera más vital, haciendo referencia a lo filosófico, teológico, jurídico y político. Así, estos autores hispanoamericanos tenían una tendencia ilustrada, pero que, en su caso, no era óbice para que fuera también humanista, por lo que se identificarán con las ideas de Francisco de Vitoria, Martín de Azpilcueta, Alonso de la Veracruz o Bartolomé de Las Casas, pero sin renunciar a las de los jesuitas Francisco Suárez y Juan de Mariana, que eran los que habían sembrado esa particular conciencia en la sociedad. Si hemos afirmado que los jesuitas fueron el grupo más representativo del pensamiento social, es lógico que, al margen de las múltiples polémicas, su ausencia tuviera no sólo unas consecuencias favorables para el despotismo ilustrado de Carlos III, sino también unos resultados nefastos para la sociedad hispanoamericana, que se veía privada de aquellos que les habían mantenido vinculados no sólo a lo que ocurría y se estudiaba en España, sino a todo el contexto europeo del momento. Por este motivo, los mismos intelectuales hispanoamericanos buscarán otros espacios de expresión cultural, entre los que sobresalen los ilustrados franceses y los nacientes liberalismos, que tienen ya una lectura distante de la fe católica. Por lo mismo, desde España se hacía uso de aquellos autores del pensamiento hispánico, que eran anteriores a la hegemonía jesuítica. La diversidad de pensamiento e influencias en el acontecimiento político de las independencias es el resultado de una gran síntesis, donde ningún elemento puede quedar al margen de la reflexión. El pensamiento escolástico clásico, que tenía como vehículo de comunicación fundamental las ciencias eclesiásticas, entendiendo por tales teología, filosofía y cánones, influyeron significativamente en los hechos socio-políticos que, claramente, se conjugaron con el pensamiento procedente de la Revolución Francesa. Por lo mismo, es absurdo entender un enfrentamiento entre Francisco Suárez y Jean .Jacques Rousseau, sino que han de ser vistos como piezas de un mismo rompecabezas, entendiendo que la pluralidad de formas y expresiones es la manifestación más real del momento complejo e impreciso que se está viviendo allende los mares. El presente trabajo ha sido realizado en el marco del Proyecto de Investigación Nacional del Ministerio de Educación y Ciencia HUM 2006-03160/His, con financiación FEDER.