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Ometeca ·XIII • 66 estado ya presente en el informe redactado el 30 de mayo de 181 Opor el deán de aquel obispado. No se puede tampoco minusvalorar el desprecio sufrido por los diputados americanos en las C011es de Cádiz ( 16 de diciembre de 181 O), cuando éstos proponían como uno de los medios a tener en cuenta, la restauración de la Compañía de Jesús, por considerarla la sociedad más admirable que habían conocido los siglos para la educación de la juventud. Por su paiie, el Arzobispo de Charcas, en sus Cartas Mex;canas de 1809 y, más tarde, en su Carta a los Americanos de 1815: «se resolvió a hablar de los sagrados y verdaderos derechos del hombre, reconociendo que los americanos eran iguales en todo a los espaf1oles, reconocía en conciencia que América no era una colonia sino una parte integrante de la Monarquía» 97. Así, Morelos, desde las páginas del «Seminario Patriótico Americano» así como en sus discursos para las Asambleas de Zituácaro y Chilpancingo Morelos, con ayuda de su secretario el Dr. Cross, argumentaron contra el despotismo del gobierno: «La soberanía reside esencialmente en el pueblo. El pueblo transmite el poder al monarca. El pueblo es libre para reformar sus instituciones políticas siempre que le convenga. Ningún pueblo tiene derecho para sojuzgar a otro si no precede una agresión injusta». Corno es lógico, después de este alegato, el paso siguiente era la proclamación del derecho de rebeldía contra la opresión del despotismo borbónico. Por lo mismo, la constitución mexicana, sancionada en el Congreso de Apatcingán el 22 de octubre de 1814, proclama el principio irrenunciable de que la soberanía reside originariamente en el pueblo y su ejercicio en la representación popular. Los escritos de Morelos fu eron redactados al tiempo que mandaba a su ejército, por lo que no se trata del análisis de un expe1io capaz de distanciarse personalmente de las cuestiones que trata. La manera como aparece definido nos resulta sumamente sugerente, vincula distintos niveles de comprensión y sensibilidad: "Pacifista por naturaleza y por vocación cristiana, Morelos fue guerrero por destino. Combatió al frente del Ejército de Redención que Dios comandaba, María de Guadalupe protegía y él organizó admirablemente. El P. José María 97 C f. P. LETURIA, El ocaso del Patronato Real en la América espai?ola. La acción di¡Jlomática de Bolívar ante Pío VII (1820-1823), a la luz del Archivo Vaticano, Madrid, 1925 .

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