BCCAP000000000000084ELEC

Ometeca •XIII • 56 disposición de sus bienes, quando todas las otras naciones, en iguales circunstancias, ponen su más grande interés en extenderla, se hallaría en un estado de esclavitud, mayor que el que puede imponer un enemigo en la embriaguez de la victoria."63 El texto claramente nos está recordando las tesis defendidas por los jesuitas Suárez y Mariana, que él ha asimilado ardientemente y que ahora carga de un nuevo contenido, siendo un magnífico golpe de efecto para atacar a sus adversarios. Pero si la Carta resulta especialmente sugerente, no lo es menos el dictamen de la Inquisición Mexicana ( 11 de septiembre de 181O). Aparecen con claridad algunos detalles que antes hemos referido, el primero de ellos es la dependencia jesuítica, que los calificadores encargados de la censura expresan en los siguientes términos: "Apenas sería creíble, si no lo palpásemos, el que después de tantos años de la expulsión de jesuitas, dure aun tanto la memoria de éstos, y que México se halle tan infamado en esta materia que no duda creer originarse los males actuales de la Europa por castigos de aquella expatriación ... es sobradamente cierto el fanatismo de muchos mexicanos en punto de jesuitas; de continuo se les tributan alabanzas públicas, y esto a ciencia y paciencia de gobierno, c01~0 si no estuviese prohibido." 64 No deja de ser llamativo que los calificadores sean dos dominicos, que habían vuelto a ocupar cie1ia preponderancia política con el extrañamiento jesuítico. Como es lógico, hace un ataque furibundo a las ideas ilustradas, así como a los autores más significativos. Pero, al mismo tiempo, siguen considerando como obra espuria de Bartolorné de Las Casas, su Brevísima relación de la destrucción de las Indias. No cabe 63 .1.P. VISCARDO, Carta dirigida a los espai1oles americanos, 74-75 . 6 4 "La Inquisición mexicana condena la carta de Viscardo y Guzmán en 181 O," en J. P. YISCARDO Y GUZMÁN, Carla dirigida a los espaiío/es americanos por uno de sus compatriotas. Apéndice 11. 11O. Acerca de este particular, afim1aba hace algunos ai'íos Miquel Batllori: "¿Y la expulsión de los jesuitas? Fue un preludio de la abolición de la Inquisición, que ponía freno a la libertad de pensamiento, condición indispensable para una verdadera emancipación; o bien: tan populares eran los jesuitas en América, como misioneros y como educadores, que tal acto de violencia contra ellos distanció cada vez rnás a los indígenas y a Jos criollos de las autoridades que representaban a un rey tan tiránico e inhumano; o. finalmente: la disciplina que Jos jesuitas imponían en sus misiones y en sus colegios era un vínculo que estrechaba las relaciones con la autoridad como tal. por eso su expulsión relajó esos lazos y dio paso a Ja rebelión y a la indenpendencia." M. BATLLORI. El abate Viscardo. 138.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz