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Ometeca ·XIII· 45 todos ellos con una clara dependencia o vinculación con los intereses de la Monarquía. Es el caso, v.gr. de los teólogos Melchor Cano y Domingo Báñez o de los juristas Diego de Covarrubias, Juan Solórzano Pereyra, Palacios Rubio o el mismo Gregorio López. Estos nombres, como aquellos que podríamos considerar como más sobresalientes, representan además un tipo de institucionalización teológico y jurídico, con una fuerte repercusión en las instituciones políticas. La relación entre teología y política, en las aulas universi tarias, tendrá también su referencia a temas tan importantes como el del tiranicidio, al que ya nos hemos referido 37 . Ahora se producirá una sustitución formal de la enseñanza de Suárez y Mariana, donde la soberanía residía en el pueblo, por la teoría del derecho divino de los reyes, apoyada en Bossuet, condenando como crimen de lesa majestad, divina y humana, el atentar contra el soberano. Se trataba así de recuperar esta visión, convirtiéndola en doctrina oficial, que ahora es sinónimo de segura. Y, por lo mismo , en su defensa escribirán diversos teólogos; que automáticamente serán escogidos como manuales adecuados por su ortodoxia regalista.Como es de suponer, este tipo de opciones desarrollaron sus consecuencias en el entramado soc ial hispanoamericano, donde los jesuitas gozaban de una fuerte ascendencia, aún después del "extrañamiento." En este sentido, no parece que se haya tenido suficientemente en cuenta, en el proceso emancipador, la experiencia de verse despoj ados de aquellos que, en gran medida, controlaban los grupos de pensamiento más significativos en todas las amplias tierras españolas en América. Los diversos grupos oligárquicos tenían conciencia de haberse quedado huérfanos, por lo que se sentían llamados ellos mismos, por una parte a vengar la expulsión considerando al Rey y sus ministros como masones y volterianos Y: lo que es más significativo,?. dar el paso a la ndultcz. Ese rechazo del soberano y sus instituciones, con el paso del tiempo, derivará en el genérico hacia lo español. De todos modos, en este particular, seguimos encontrándonos ante interpretaciones opuestas y, posiblemente, en la conjunción de las mi smas es donde se puede ofrecer luz 3 8. 37 No se puede además olvidar que éste era prec isamente uno de los argumen tos para justificar la expulsión de los jesuitas. 38 Es el caso de Salvador de Madariaga, quien consideraba como segunda consecuencia de la independencia precisamente la expu lsión: "El segundo resu ltado fue sembrar a voleo por Europa miles de jesu itas hispanoameri canos que mal podían ser fervientes partidarios del Rey de España ... Se ha discutido si eran de verdad hostiles al

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