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Ometeca · XIII • 36 XVII , doctrina común de la Escuela de Salamanca, se creyó en el siglo XVIII doctrina jesuít ica, por lo que sería oficialmente rechazada y postergada. Esto no tuvo las mismas consecuencias en todas partes, ya que Suárez sigue estando presente en los albores de la emancipación, modelando una conciencia auténticamente americana; influyendo además en los hombres que planean y realizan la independencia, especialmente en aquella generación que se forma en los Colegios, Universidades y Seminarios de la extinta Compañía de Jesús 22 . Así se explica que prevalecieran aquellas doctrinas que estaban fuertemente arraigadas en la sociedad americana, aunque ahora fueran presentadas en una forma externa diversa. Al mismo tiempo, hay que tener presente que los medios comunes de cornunicacion social serán los principales configuradores de opinión pública revolucionaria a través del cauce de periódicos, manifiestos, proclamas, declaraciones, circulares y sermones, predicados y divulgados por el clero revolucionario. Pero será preciso tener presente que, durante esta época, a pesar del embate racionalista, Derecho y Teología eran inseparables. En este sentido, afirmaba recientemente un investigador del derecho argentino: "Hay muestras sufic~entes de que aún con tensiones, derecho y teología formaban un orden común, sobre los mismos supuestos y bajo las mismas autoridades . Para conocer el orden social de aquel tiempo no basta conocer el derecho (aunque es necesario). Habrá que alejarse del paradigma legalista, fruto de nuestra mirada actual, y acercarse a la teología. Religión y derecho, teología y Prima de Sagrada Teología en el mismo Colegio , Michoacán, Universidad Michoacana, 1958; .l. PÉREZ CÁLAMA, "Carta de .l. Pérez Cálama a M. Hidalgo Costilla ( 1784)," en ID., Escritos y Testimonios, E. DE LATORRE(ed.), México, UNAM . 1997, Apéndice, 143- 144. 22 ''Los universitarios de Charcas, allá en los temp los elevados a los saberes, leyendo en los viejos libracos de las épocas remotas; oyendo a sus maestros que aunque só lo les dijesen las cosas a medias; eso mismo excitaba más su curiosidad; discutiendo los mi smos estudiantes sobre múltiples asuntos teológicos, históricos, j urídicos, etc., tenían forzosamente que encontrarse con mil motivos de cavilosidad, de libre examen, y de audaces interrogaciones de la que no podía salir bien librado el régimen peninsular." J. Mendoza . "La Universidad de Charcas y la idea revolucionaria," en Universidad San Francisco Xavier, n. 23 (Sucre, 1940) 278.

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