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Miguel Anxo Pena González 78 ISSN 1540 5877 eHumanista 29 (2015): 72-91 Esta cuestión tendrá una importancia mucho mayor de la que normalmente se ha querido reconocer, puesto que la decretal incidía directamente en el problema, y a ella se había recurrido ya de manera temprana. Claro reflejo de ello es la obra del jurista López de Palacios Rubios, De las islas del mar Océano , escrita hacia 1516 (ed. Millares Carlo), donde ya está presente esta reflexión. Más conocida es la aportación de Vitoria, por medio de su Relectio de Indis (ed. Pereña y Pérez-Prendes) leída ante toda la comu- nidad universitaria en 1539. Unos años más tarde, el propio Juan Ginés de Sepúlveda, volverá a recurrir a dicho argumento por medio de su Demócrates segundo (ed. Losada) redactado hacia 1545 y, en la misma línea, la Apología de Las Casas (ed. Losada), com- puesta siete años más tarde, pero recurriendo a idénticos principios. Lo que aquí resulta más interesante es tomar conciencia de que no se trataba de un pensamiento de corte individual o autónomo, sino que, muy al contrario, había unas ideas asimiladas en el horizonte de una conciencia social, en su respeto por el individuo, que se convertían en línea de acción por medio de las diversas capacidades e intuiciones de los diversos auto- res. De ahí también las grandes diferencias entre figuras como Palacios Rubios o Las Casas; entre un académico y un misionero que no contaba con una idéntica formulación humanístico-doctrinal. La concreta manera de mirar al hombre –no parece muy exagerado pensar–, res- pondía a claves fundamentales que estaban en relación con grandes líneas transversales del pensamiento de Occidente, pero descubiertas, en este momento, con nueva frescura y profunda espontaneidad. Precisamente por ello una de las categorías con importancia singular será lo que podríamos denominar evangelismo que, efectivamente, ponía en relación el momento presente con el de los orígenes de las primeras comunidades cris- tianas y suponía una recuperación y vivencia de aquellos valores con gran radicalidad. Ese será el motivo por el que una de las primeras cuestiones abordadas, en esta línea, será la atención y defensa de los naturales de aquellas tierras. Las Indias recién descu- biertas se proponen como el paraíso terrenal, imposible de encontrar en el contexto eu- ropeo, visto ya como una tierra llena de conflictos y cuestiones grises, que se identifica- ba, por ejemplo, en las guerras entre cristianos vividas a lo largo de todo el continente. Y, por lo mismo, el natural de aquellas tierras, el indio, viene presentado como el hom- bre del paraíso, que no ha conocido el pecado y se encuentra en una condición singular y única para ser llevado a la vida evangélica. 14 En la necesidad de partir de modelos paradigmáticos, el de referencia será el idealizado, propuesto en los Acta Apostolorum , por medio de la vida común y una conciencia singular de aquello que estaban viviendo. En esta línea de principios, el modelo tendrá una concreción singular gracias a los Doce Apóstoles de México, que pasan a la Nueva España como el primer grupo de evangelizadores y aparecen fuertemente vinculados, con una mirada también paradisía- ca de aquellas tierras y gentes (Pena González 2006). Consideran que allí sí era posible la implantación de un cristianismo de corte radical y puro, profundamente auténtico, que tenía fuertes vinculaciones con la propuesta del gran canciller de Inglaterra, Sir Thomas More, por medio de su obrita Utopía , escrita también en 1516. Esa idea de nuevos tiempos, como una segunda oportunidad, en la necesidad de rescatar lo clásico, no miraba sólo al mundo greco-romano, sino también, como ya hemos indicado, al cris- tianismo que había revolucionado el mundo antiguo y que, en un primer momento, lo había hecho por medio de su nueva manera de comprender al hombre y al mundo. 14 Desde esta idea es posible comprender proyectos tan singulares como la escuela de gramática, con un manejo singular del latín y el griego, llevada a cabo por parte de fray Alonso de la Veracruz en Tiripetío. Acerca de estas visiones contamos con una serie de trabajos clásicos, cf. Morales; Rotzetter, Morschel y von der Bey eds. Acerca del proyecto de fray Alonso, cf. Cerezo de Diego; Pena González (2011).

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