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496 MIGUELANXO PENA GONZÁLEZ constantes, aunque no siempre por razones justas, sino que estaban sometidas a feroces injusticias, donde los más fuertes reducían a esclavitud a los más débi les, vendiéndolos luego a los mercaderes o tratantes de esclavos. Por este moti vo, los mismos mercaderes creaban también disensión para que se enfrentasen y obtener así su beneficio. Otro de los recursos utilizados era el de aquellos qtie consideraban a los pueblos africanos corno bárbaros, con lo que justificaban hacer la guerra contra los mismos. — Por guerras de los reinos de Angola )1 los portitgueses. Luis de Molina, juntamente con otros autores, narra la existencia de guerras entre los reinos de Angola y los portugueses. El motivo de las mismas parece estar en el robo e invasión de territorios pertenecientes a la Corona de Portugal por parte de los naturales. No parece que necesite ninguna explicación más. — Por negros apresados injustamente por los mercaderes. También aquí los testimonios son abundantes. Con distintas baratijas los africanos eran seducidos para que se acercaran a las naves. Una vez en su interior, los mercaderes no los permitían regresar a tierra, aprovechando éstos la oportunidad para conducirlos a vender a algún puerto europeo, especialmente de Portugal. — Por compra de negros por los mercaderes portugueses. Éstos se introdti cían en los distintos reinos de Africa, intercambiando diversas mercancías por esclavos en las plazas y mercados. La práctica frectiente llevaba a muchos afri canos a reducir a esclavitud a otros hermanos de raza, por los pingues beneficios que obtenían de la transacción y del trueque. — Por venta de los hijos. La fórmula tradicional por la cual, en caso de extrema necesidad, era posible vender a los hijos, no era la práctica que se había impuesto en Africa22. La que se practicaba entre los negros estaba mucho más sometida al capricho y arbitrio personal, sin que realmente hubiera causa seria que la hiciese lícita. Indudablemente, los mercaderes se valían también de ella, sin ofrecer ninguna resistencia moral a la manera de hacerla efectiva. — Por castigo cii ladrón. El uso tradicional era castigar con la pena capital o la reducción a servidumbre al ladrón que htibiese sustraído algo de considera ble valor. Debido a la presencia de los porttlgtieses, los mismos africanos titili zaban este método como un recurso válido con el que justificar la esclavitud de sus semejantes, convirtiéndolo así también en negocio. Por otra parte, era fre cuente que el castigo pudiera recaer o se extendiera sobre la mujer y los hijos, algo que en principio debería quedar reservado a situaciones extremas. Los mis mos reyezuelos hacían uso de los títulos sin que hcibiera un motivo suficiente mente grave para su aplicación, sin forma de derecho. 22 Cfr. D 1.5.5.3.
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