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APORTACIÓN ANTIESCLAVISTA EN TIERRAS DE INDIAS... 527 te estas palabras de Avendaño, profesor en Perú, tengan hoy los Padres de la Compañía tantos miles de esclavos que no escuchan a sus padres de Religión en la doctrina examinada arriba. Pero como todos bendicen al principio y fallan al fin, su doctrina se hizo inútil y prevaleció la negociación ilícita e injusta, como está escrito: Todos fallaron y quedaron inútiles a la vez (Ps 13,3). Y por esto Avendaño expone el enunciado quinto”44. Hará un sinfín de preguntas a Avendaño, en las que ataca que, después de una argumentación y selección tan acertada de autores, negando todos los títu los y casos en los que podría ser justificada la esclavitud, al final, 0pta por dejar una probabilidad con la que justificar toda la trata. Considera que Avendaño, no sólo no lucha lo necesario para encontrar la verdad, sino que pierde todo valor como teólogo, ya que se deja arrastrar por intereses externos. Para nuestro autor, desde esa actitud constante en la que intenta limitar el laxismo, no puede ser aceptable el hecho de qtie, a un mismo tiempo, se esté reflexionando sobre un tema tan delicado como es la condición y libertad humana de unos pueblos y, al mismo tiempo, aquellos que están haciendo la reflexión tengan intereses econó micos directos en aquello que están proponiendo. Así, las razones de Avendaño en su quinta conclusión, sólo sirven “para excusar de algún modo a los Padres de la Compañía que tienen en las Indias tantos miles de esclavos contra la ver dad, por la que luchó, y contra la justicia, por Jaque agonizó. Lo que no ptiede ser aprobado por los que sienten rectamente según verdad”. Para mantener esta argumentación, no cabe duda que tiene que enfrentarse a toda la fuerza que ya la Compañía había conseguido extender por los territo rios y centros de saber del orbe católico, sin conocer fronteras de uno a otro reino. Estos que ya eran considerados como el núcleo religioso de saber más potente a lo largo del siglo XVII, entiende que sólo son “rectamente sabios, si se está por la verdad y si se lucha por la justicia”46. Rechazada su ciencia, ahora, responde a cada una de las propuestas de Avendaño. Deteniéndose especialmen te en lo referente al Rey y a la Iglesia, puesto que son los dos argumentos que más pudieran respaldar la opinión de aquellos que quieren aceptar la validez de la esclavitud, recurriendo al adverbio utilizado por Avendaño, el ya conocido ciliqualiter. Por tanto, en relación al rey, no se trata únicamente del deber de vasallaje, sino de la obligatoriedad de perseguir aquellos ejemplos que realmente respon den a la justicia y a la ley de Dios, detalle que ejemplifica recordando que, moralmente, los vasallos no deben seguir el ejemplo del rey que peca contra los mandamientos de la ley de Dios’47. Se equivocan también los obispos cuando 144 Ibícl., 108. 145 11,íd., 113. 146 ibíd. 147 Cfr. Servi liben, 115.

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