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512 MIGUEL-ANXO PENA GONZÁLEZ los esclavos no facilitarían el negocio a los asentistas, puesto que, “en igualdad de causa es de mayor valor la condición del poseedor”75. El argumento resulta especialmente interesante, puesto que muestra un conocimiento cierto del proba bilismo moral, aunque las consecuencias deducidas por él, serán otras muy dife rentes. La sentencia del derecho, en vez de ser utilizada respecto a la propiedad, lo hace en relación a la libertad, algo que resulta totalmente novedoso. Su argu mento parece bastante lógico y consecuente, ya que en relación al derecho de gentes, para que una ley sea válida debe tener carácter universal y no utilizarse con distintos criterios dependiendo de los intereses particulares de los indivi duos76, como se hacía respecto a la libertad de los blancos y negros. b. Licitttd de compra Parte, objetivamente, de que la compra de los esclavos es ilícita, con lo que ya rechaza el argumento moral de la primera y segunda compra. Así, la obliga ción moral del comprador exigiría la superación de toda duda. Existiendo ésta, ya los autores eran unánimes en afirmar que el reo debía quedar libre. Lógicamente, el segundo recurso moral clásico era el de la ignorancia, y si ésta no es posible, tampoco lo es el cercenamiento del derecho inalienable de la liber tad. Para que fuera válida la ignorancia, ésta debería ser invencible, no pudien do superarla con los medios que el hombre tiene a su alcance. Por lo mismo, si la trata la entiende como algo deleznable, mucho más cuando se evidencia el comercio mantenido entre holandeses y españoles, que convierten la vida de seres humanos en un negocio. En razón de todo ello, propone dos conclusiones fundamentales: 1. Los negros y sus originarios son por naturaleza libres; 2. En razón de derecho están exentos de esclavitud77, por lo que no existe ningún tipo de certezas, excusas o probabilidades. Lo único cierto es “la sabida extorsión”78. 5.2. Los DERECHOS CATÓLICOS Y PIADOSOS Busca ahora un respaldo social, lo más amplio y reconocido posible, donde las enseñazas evangélicas sean la base de los principios abolicionistas, de donde deducir que: “no tiene lugar la esclavitud, en los antedichos negros y sus origi narios, principalmente por ser cristianos y de la Iglesia santa hijos”79. Es decir, 75 Cfr. In vi 5. 13. 65. 76 Cfr. D 1. 1.9-lO. 77 Conviene resaltar aquí, como el acento lo pone sobre el derecho, que es aceptado por todo hombre civilizado, sin recurrir todavía a un argumento o comportamiento propio de cristia nos. 7$ Ibíci., n. 15. 79 Resolución, II, 1.

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