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510 MIGUEL-ANXO PENA GONZÁLEZ desfavorecida”61. Hay tina significativa influencia de la Escuela de Salamanca y, de manera muy especial, de Vitoria y Suárez, dos autores que no aparecerán cita dos directamente, pero cuya influencia es significativa a lo largo de toda la expo sición. Jaca parte de la plena autonomía del orden natural, de lo que vendría en lla marse naturalismo tomista, que le permite a Vitoria ser consciente de que el cris tiano, antes de ser tal, es hombre. Este había asumido el principio de santo Tomás: “la gracia no ha venido a destruir la naturaleza, sino a perfeccionarla”. El nuevo derecho de gentes pide respeto para los derechos naturales de todo ser humano, logrando de esta manera imponerse como válido para todos los hom bres. Esta solicitud deberá ser respecto de sus bienes, enseres, familia, institucio nes, etc. Esta línea de pensamiento la completa el autor cuando plasma el dere cho que los africanos tienen a ser libres, al igual que cualquier otro hombre62. Es significativo que el autor comience con Gn 1,27, entendiendo que, el hombre es imagen de Dios por naturaleza y en razón de sus potencias raciona les63, por lo que el orden y sujeción es al Creador61. La esclavitud, por lo mismo, se explica como consecuencia del pecado original, oponiéndose a la naturaleza humana, por lo que no tiene ningún sentido que se siga practicando. Ha supera do ya la visión anterior en la que el negro aparece como bárbaro y, por lo mismo, no humano, con lo que no tendría ninguna posibilidad de otro reconocimiento, sino que podría ser utilizado, sin necesidad dejustiflcación alguna. Los teólogos moralistas se habían limitado a utilizar los principios clásicos, aplicándolos ahora a un problema concreto. El detalle más sorprende es el uso del Filósofo, para justificar que la única esclavitud —si así se puede denominar— válida, sería la sujeción que se cia en la estrticturación jerárquica social, y ninguna más65. Su pregunta será rotunda: “,Qué razón hay dicte la ignominia de esclavitud propia y rigurosa en la racional criatura?”66. Por lo tanto, reconocimiento total de su libertad y, al mismo tiempo, de su condición de ser dotado de razón; todo ello 61 Resolución i, 1. 62 Su argumentación estó mtiy próxima a Suórez, quien comenzaba con la forma tradi cional aristotélica, reconociendo que el hombre era por naturaleza animal social, que en un pro ceso de reconocimiento logra dar el paso hacia una organización social, que permite la ordena ción de una sociedad política “perfecta”, donde se impone la necesidad de una autoridad. f. SuÁIuz, De legibus, tom. y, iii. 1. 3., pp. 8-10. 63 F. VIToRIA, De inc/ls, 64 Cfr. Resolución u, 2. Distingue claramente entre naturaleza y gracia. La gracia es la que ha de poner en contacto a la criatura con el Creador. Si esto es así, se entiende que el domi nio ha de estar mediado por la gracia, como modelo concreto de comportamiento y acción. 65 Cfr. Auusróirijs, Política, lib. iii, 4. 66 Resolución u, 3.

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