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APORTACIÓN ANTIESCLAVISTA EN TIERRAS DE INDIAS... 501 de la verdad sólo lo señalan indirectamente. Era, simplemente, una certeza prác tica, en la que se basaba todo un proceder posterior. La dificultad venía salvada evitando precisamente la referencia al mismo al tiempo que el cuestionamiento moral se afrontaba precisamente a partir de su llegada a las Indias y, de manera más concreta, en el momento posterior de la compra. Moralmente ya estaba sal vada la dificultad, puesto que, al tratarse de una segunda compra, se entendía que las dificultades anteriores ya no tenían cabida y no debían ser tenidas en cuenta. Será aquí donde más se ataque la argumentación, afirmando que si lo primero “está mal habido”, de igual manera ocurrirá con el resto. Lo veremos luego de manera más concreta. No cabe duda que todos los autores que se habían plante ado el tema hasta el momento se movían en la línea jesuítica, haciendo uso del probabilismo, a partir del cual justificaban que, a quien se guía en su proceder por el consejo de otro, no parece necesario someterse de manera indefinida a verificaciones angustiosas o, en el presente caso, muy difíciles o casi imposibles, de tal manera que el consejo debía ser aceptado como válido sin más, salvando la necesidad moral de clarificar toda duda existente. Era, por tanto, un laxismo moral con unos intereses claramente definidos. Estas sutilezas resultaban de gran interés para ambas partes, puesto que se tenía plena conciencia que, de no ser así, las leyes morales o en su defecto, las de la Iglesia y del Estado, obligarían en conciencia. Jaca y Moirans exigen para el reconocimiento de la licitud de la compra, la existencia objetiva de una ley claramente reconocible y segura, que no ofreciera ningún tipo de dudas, lo que resultaba a todos ojos casi imposible, especialmente porque todos estaban de acuerdo en que aquel proceder, a todas luces, era legal. Por otra parte, tenía muy presente que la certeza práctica debía ser sustituida por la certeza real y objeti va. Incluso, para algunos autores cuando existían argumentos sólidos en contra de la manera de proceder en la reducción a servidumbre de los naturales de Afri ca. El argumento se justifica con el recurso por medio de compra, ya que aun que éste pudiera ser dudoso, aplicando el principio de Medina, se entendía que sería simplemente probable, con lo que bastaría para poder ser aplicado sin más, aún atendiendo a que la opinión contraria —la ilicitud de la compra— pudiera ser igualmente factible. Los medios que tenía a su alcance el autor moralmente no laxista serían los utilizados por estos autores en sentido inverso, teniendo que justificar sólida mente su actitud, sin dejar ninguna posibilidad, ya que la práctica y la teoría asu mida estaban en confrontación con los argumentos de los opositores. Primero debían superar la duda, por medio del estudio, así como el recurso y consulta a los moralistas.., la necesidad de examinar detenidamente el problema de la escla vitud, aunque, en este sentido, su propuesta será radical: el problema de la escla vitud de los negros afrontado en todo su contexto, partiendo ya de la captura en las tierras de Africa. Lógicamente, si el argumento se retraía hasta este mornen

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