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34 miguel anxo pena gonzález El Maestro vive de 1520 a 1526 en Alcalá, realizando estudios de Artes y Teología, en el entorno de una institución que buscaba la creación de un hombre nuevo, identificado por lo cristiano y por ser un sincero buscador del Absoluto. Este individuo se caracterizaba por una vida recta, a partir de los principios de un profundo evangelismo, que le llevaba a mirar aten- tamente a la caridad de los hombres. Esta sensibilidad abría a los estudian- tes a la experiencia de la Iglesia primitiva, como modelo original y propio; entendiendo que allí se encontraba el paradigma más auténtico y original, para la formación de un clero singular: culto, piadoso y apostólico 16 . A este fin respondían los proyectos singulares que se elaboraban en aquel Colegio- Universidad, como es el caso de la Políglota Complutense. El modelo académico estaba inspirado en el de París, pero ordenándose con fórmulas más flexibles, de tal suerte que se pudiera lograr una mayor unidad de pensamiento. Se daba especial relevancia a la disputa, que era es- tudiada a partir de las tres vías, sin entrar en las polémicas clásicas de escue- las, de tal suerte que llevara a beber de las fuentes de la revelación. Suponía la aplicación de nuevos conocimientos –especulativos y deductivos–, que se habían obtenido desde la lógica, y que ahora eran usados para la ciencia teo- lógica, recuperando así una teología especulativa. Esta venía respaldada por la presencia de un estudio positivo, especialmente de la Sagrada Escritura, que ocupará un lugar privilegiado en la lectura de acontecimientos históri- cos de primera índole, como será el de las Indias. A esta tarea contribuyeron especialmente algunos de sus maestros. Es el caso de Domingo de Soto, de cuya mano se introducirá en el mundo de la lógica y las súmulas. Al mismo tiempo les unirá también la sensibilidad hacia diversas preocupaciones como, por ejemplo, la atención de los po- bres 17 . Otro de sus maestros será Juan de Medina, que leía en la cátedra de 16 El joven formado en aquellas aulas era un «intelectual serio e independiente de criterio y amigo de la verdad por encima del sistema, con bagaje suficiente de lenguas y técnica dialéctica». M.A ndrés Martín , La teología española en el siglo XVI , Madrid 1976, 39-40. 17 Fray Luis de Granada resalta la relación especial que mantendrá con dicho maestro: «El qual vista la delicadeza de su ingenio, acompañada con mucha virtud, lo amaba mucho, y sus condiscí-

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