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278 Miguel Anxo Pena González Con todo, la solución no fue del todo satisfactoria, algo que se deja ver unas décadas más tarde, especialmente en 1931, me- diante la constitución apostólica Deus scientiarum Dominus , de Pío XI, que imponía más exigencias normativas a las universida- des y facultades eclesiásticas. La institución salmantina no pudo hacer frente a las mismas, por lo que tuvo que desaparecer, aun cuando había incluso intentado adaptar sus Estatutos con un “Specimen Statutorum Pontificiae Universitatis Catholicae Sal- manticensis”. Así, por normativa de la Santa Sede, en el curso 1932-1933, la Universidad Pontificia de Salamanca, conjuntamen- te con otras, deberá cerrarse. Como se puede intuir, una dificultad añadida estaría en el contexto político y social de 1934 e, inmediatamente, la cruda realidad de la Guerra Civil, que paralizaba cualquier iniciativa y futuro posible, pero que enseguida será retomada. Como re- fiere el Boletín Oficial del Obispado de Salamanca, a modo de crónica, al ser trasladado a Salamanca, en 1935, Pla y Deniel, ya llevaba consigo el encargo del Nuncio de promover “la restaura- ción de alguna siquiera de las antiguas facultades eclesiásticas en Salamanca” 67 . Lo que en la misma crónica se presentaba como algo que formaba parte de un proyecto global: “El proyecto de nuestro Sr. Obispo no es restaurar el Seminario Pontificio de los primeros años de este siglo con las facultades de conferir grados, sino restaurar las facultades de Sagrada Teología y Derecho Canónico de renombre universal de la antigua y gloriosa Universidad de Salamanca, faculta- des distintas por tanto del ciclo seminarístico e integradas en su profesorado y en sus alumnos por el clero secular de distintas diócesis y por el clero regular de diferentes Órdenes Religiosas” 68 . 11. L a restauración de la U niversidad P ontificia Nada más concluir la guerra, el obispo de Salamanca, Pla y Deniel, comienza a promover la restauración de la institución. El primer paso será el 2 de mayo de 1940, mediante una carta 67  “Crónica diocesana”, Boletín Oficial del Obispado de Salamanca 87 (1940) 194. 68  Ib., 195.

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