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Creación, desarrollo y restauración… 271 Se buscaba una formación más cercana al nuevo contex- to ilustrado, donde, además, se ponían las oportunas restric- ciones al corporativismo regular académico, convirtiéndose en una estructura paralela, como lo habían sido los mismos Cole- gios jesuíticos donde, aun teniendo en cuenta las resistencias gu- bernamentales iniciales, desde 1777, se producía la progresiva incorporación de los estudios cursados en los Seminarios a las Universidades. De esta manera, nuevamente nos encontramos con una estructura que se convierte en alternativa ante la cerra- zón y lectura sesgada de los estudios universitarios y, en nuestro caso, de la Alma Máter salmantina. Por otra parte, el regalismo aparecía como algo evidente, aunque no hay constancia de voces contrarias entre los obispos. 9. L a supresión de las F acultades E clesiásticas Durante el siglo XIX, Salamanca vive la desgarradora expe- riencia de la invasión francesa, que desconcierta y desordena la vida de una ciudad en la que todo discurría en torno a dos vér- tices: la Monarquía y la Iglesia, teniendo un claro reflejo en la Universidad. Unas décadas más tarde, España sufre la desamor- tización, que tiene como resultado más visible la desaparición de las Órdenes religiosas y la fuerte presencia que éstas tenían en la ciudad. Para este momento todavía gran parte de la reflexión universitaria venía sostenida por los regulares, por lo que las dis- ciplinas eclesiásticas quedarán sometidas a un futuro incierto. Esto se acelera con el declinar del Antiguo Régimen, pues si la situación no resultaba fácil, en razón de los condicionantes polí- ticos del momento, se produce también una minusvaloración de las Ciencias Eclesiásticas, que no sólo estaba motivada por el ám- bito ilustrado, sino que afectaba de manera más amplia a toda la sociedad, entendiendo también en ella a las propias autorida- des eclesiásticas. También desde los organismos estatales y ecle- siales del momento, y de manera progresiva, se quiere alcanzar una separación total que tendrá, como acontecimiento singular, la erradicación de las Ciencias Eclesiásticas de las aulas univer- sitarias. La decadencia no era una consecuencia derivada de la gue- rra, sino que ésta agravará algo ya enquistado en la estructura universitaria, haciéndola todavía más débil y mortecina. En este