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Creación, desarrollo y restauración… 261 mercio con las Indias y el problema de los precios, la simonía, las cuestiones teológicas… El resultado de esta manera de hacer teología nos lo mostra- rán, de manera rotunda, sus dos grandes correligionarios: Do- mingo de Soto y Melchor Cano. A ellos y a la técnica del dictado debemos la transmisión de un pensamiento que fue singular a lo largo de una época. Con la experiencia particular que, el pensa- miento de estos tres autores, se mantendrá en perfecta sintonía. Si por algo ha de ser recordado Domingo de Soto, a diferencia del propio Vitoria, es por su amplia producción impresa, que tie- ne como origen sus manuscritos y los apuntes al dictado de sus alumnos, que posteriormente serán reelaborados en sus diversos libros 40 . No resulta difícil comprender que Soto se sienta impelido a escribir su tratado De iustitia et iure , en razón de la infinidad de cuestiones de índole moral y económica injustas y poco éticas, en un claro afán, desde la teología, de ofrecer una palabra oportu- na a la sociedad. Era evidente, como ya lo había sido para Vito- ria, que el acontecimiento indiano, aportaba una nueva manera de comprender y configurar la sociedad y, de manera especial, toda la vida económica de la sociedad moderna. También en Soto estas cuestiones concretas respondían formalmente al comenta- rio académico a la II - II de Santo Tomás, especialmente a las qq. 57-88, desde la manera cómo el creía que debían ser dispuestas y estudiadas. Pero también en su comentario In Quartum Sententiarum , Soto ofrece un pensamiento de marcada elaboración personal, donde aquellos temas que le inquietan de manera especial, ocu- pan un lugar destacado: las cuestiones eclesiológicas en relación como los sacramentos, la tesis de la presencia de los pastores en sus sedes, que tan debatida será en Trento. A él se debe que en el Concilio la escolástica recupere un lugar destacado, frente a los 40  Véase D. de Soto, Relecciones y opúsculos. I: Introducción general. De dominio. Sumario. Fragmento «an liceat» , J. Brufau Prats (ed.), Sala- manca 1995, 15-70. Acerca de su vida y obra, contamos con el estudio de Beltrán de Heredia, Véase V. Beltrán De Heredia, Domingo de Soto. Estudio biográfico documentado , Madrid 1961. Soto había sido formado en un con- texto amplio donde había primado el nominalismo, que en él evolucionará hacia un tomismo amplio. Su formación filosófica no cabe duda que le ayuda a entroncar los problemas en una clara línea de pensamiento práctico, donde la teología afronta los problemas vitales del ser humano.

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