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Creación, desarrollo y restauración… 259 oportunidad y un enriquecimiento. Por otra parte, la aplicación de los nuevos conocimientos especulativos y deductivos, que se habían obtenido desde la lógica y habían pasado a la ciencia teo- lógica, habían recuperado el sabor de una teología especulativa. Y, por lo mismo, la presencia de un estudio positivo, especial- mente de la Sagrada Escritura, que ocupará un lugar privilegia- do en la lectura de acontecimientos históricos de primera índole, como será el de las Indias, ayudando a una lectura más contex- tualizada. Por otra parte, en la aceptación del tomismo en Salamanca influyó considerablemente el buen hacer y el florecimiento cul- tural y religioso que vivía la Orden de Predicadores a comienzos del siglo XVI, y que se hace sentir con gran fuerza en la vida de la Universidad. El tomismo, lejos de ser exclusivo de los dominicos, era el medio y lenguaje común en el que se entendían y dialoga- ban autores muy diversos; que poco a poco, se configuraba como la forma y filosofía de la Iglesia, quedando así sancionado en el Concilio de Trento. 6. E l siglo XVI o el florecimiento de la T eología en S alamanca En 1526, con la llegada del Maestro Francisco de Vitoria a Sa- lamanca, para ocupar la cátedra de Prima en Teología, tiene lu- gar un acontecimiento totalmente novedoso y que revoluciona las aulas salmantinas: explicar la teología no a partir de las Senten- cias de Pedro Lombardo, sino comentando la Summa , partiendo, además, de la división propuesta por el Doctor Angélico en su obra. El magisterio ejercido por el dominico, durante veinte años, fue un aldabonazo definitivo a la implantación del mismo, como fuente casi única de pensamiento 35 . Aplica la práctica llevada a cabo en París: comentar la Summa y permitir a los alumnos to- mar apuntes en clase, lo que derivaría en la práctica del dictado desde la cátedra. Con todo, si algo aportó la Universidad de Sa- lamanca, a la teología del siglo XVI fue una visión íntegra de los 35  Para el conocimiento de la figura, Véase R. Hernández Martín, “Per- sonalidad humanística y teológica de Francisco de Vitoria”, Ciencia Tomista 114 (1987) 40-45; Francisco de Vitoria. Vida y pensamiento internacionalista , Madrid 1995.

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